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Lucas 17:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

12 Cuando estaba por entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres que tenían enferma la piel. Como se habían quedado a cierta distancia,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Al entrar en una aldea, diez hombres con lepra se quedaron a la distancia,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 y al entrar en un pueblo, le salieron al encuentro diez leprosos. Se detuvieron a cierta distancia

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y entrando en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Y entrando en una aldea, le vinieron al encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos,

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Lucas 17:12
9 Referencias Cruzadas  

Ahora la enfermedad de Naamán se te pegará a ti y a tus descendientes para siempre. No bien había salido Guiezi de la presencia de Eliseo cuando ya estaba blanco como la nieve por causa de la enfermedad en su piel.


Ese día, cuatro hombres que tenían una enfermedad en la piel se hallaban a la entrada de la ciudad. —¿Qué ganamos con quedarnos aquí sentados esperando la muerte? —se preguntaron unos a otros—.


—¡Llévatela otra vez al pecho! —insistió el Señor. Moisés se llevó de nuevo la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía tan sana como el resto de su cuerpo.


El Señor respondió a Moisés: «Si su padre le hubiera escupido el rostro, ¿no habría durado su humillación siete días? Que sea aislada por siete días fuera del campamento y después de eso será readmitida».


En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”.


En otra ocasión, cuando Jesús estaba en un pueblo, se presentó un hombre con su piel toda enferma. Al ver a Jesús, cayó rostro en tierra y suplicó: —Señor, si quieres, puedes limpiarme.


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