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Lucas 1:68 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

68 «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a redimir a su pueblo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

68 Bendito el Señor Dios de Israel, Que ha visitado y redimido a su pueblo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

68 «Alaben al Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

68 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

68 Bendito el Señor Dios de Israel, Porque visitó e hizo redención a su pueblo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

68 ' Bendito el Señor Dios de Israel, porque ha venido a ver a su pueblo y a traerle el rescate,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

68 Bendito el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo,

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Lucas 1:68
24 Referencias Cruzadas  

¡Bendito sea el Dios Altísimo, que entregó en tus manos a tus enemigos!». Entonces Abram le dio el diezmo de todo.


dijo: «Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, que no ha dejado de manifestarle su amor y fidelidad, y a mí me ha guiado a la casa de sus parientes».


Y agregó: «¡Bendito sea el Señor, Dios de Sem! ¡Que Canaán sea su esclavo!


y dijo: “¡Alabado sea el Señor, Dios de Israel, que hoy me ha concedido ver a mi sucesor sentarse en mi trono!”.


y dijo: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que con su mano ha cumplido ahora lo que con su boca había prometido a mi padre David cuando le dijo:


Entonces David bendijo así al Señor en presencia de toda la asamblea: «¡Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre!


Luego David animó a toda la asamblea: «¡Alaben al Señor su Dios!». Entonces toda la asamblea alabó al Señor, Dios de sus antepasados, y se postró ante el Señor y ante el rey.


¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, eternamente y para siempre! Que todo el pueblo diga: «¡Amén!». ¡Aleluya!


Pagó el precio del rescate de su pueblo y estableció su pacto para siempre. Su nombre es santo y temible.


Él mismo redimirá a Israel de todos sus pecados.


Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, por los siglos de los siglos. Amén y amén.


por lo que el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había estado pendiente de ellos y había visto su aflicción, los israelitas se postraron y adoraron al Señor.


para liberarnos de nuestros enemigos y del poder de todos los que nos aborrecen;


Te derribarán a ti y a tus hijos dentro de tus murallas. No dejarán piedra sobre piedra, porque no reconociste el tiempo en que Dios vino a salvarte.


Llegando en ese mismo momento, Ana dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.


pero nosotros abrigábamos la esperanza de que era él quien redimiría a Israel. Es más, ya hace tres días que sucedió todo esto.


Todos se llenaron de temor y alababan a Dios. —Ha surgido entre nosotros un gran profeta —decían—. Dios ha venido en ayuda de su pueblo.


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo.


En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de su gracia


entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno.


¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para que tengamos una esperanza viva


David dijo entonces a Abigaíl: —¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te ha enviado hoy a mi encuentro!


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