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Levítico 26:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

6 »Yo traeré paz al país y ustedes podrán dormir sin ningún temor. Quitaré de la tierra las bestias salvajes y no habrá guerra en su territorio.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 »Les daré paz en la tierra y podrán dormir sin temor alguno. Libraré la tierra de animales salvajes y mantendré a sus enemigos fuera del país.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Yo estableceré la paz en su país y dormirán sin que nadie los moleste; haré desaparecer del país los animales feroces, y la espada no pasará por su tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Porque Yo estableceré la paz en vuestra tierra y os acostaréis sin que nadie os espante. Haré también desaparecer de vuestra tierra las bestias feroces y la espada no pasará por vuestro país.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Daré paz a la tierra, y dormiréis sin que nadie os inquiete. Haré desaparecer del país las bestias dañinas y no pasará por vuestra tierra la espada.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y quitaré de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país.

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Levítico 26:6
43 Referencias Cruzadas  

Eliseo se volvió y, clavándoles la vista, los maldijo en el nombre del Señor. Al instante, dos osas salieron del bosque y despedazaron a cuarenta y dos muchachos.


Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico; yo haré que los países vecinos que sean sus enemigos lo dejen en paz; por eso se llamará Salomón. Durante su reinado, yo daré a Israel paz y tranquilidad.


Por lo tanto, el reinado de Josafat disfrutó de tranquilidad y Dios le dio paz por todas partes.


Descansarás sin temer a nadie y muchos querrán ganarse tu favor.


pues harás un pacto con las piedras del campo y las bestias salvajes estarán en paz contigo.


Que nuestros bueyes arrastren cargas pesadas; que no haya brechas ni salidas, ni gritos de angustia en nuestras calles.


Él trae la paz a tus fronteras y te sacia con lo mejor del trigo.


El Señor fortalece a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz.


Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene.


En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.


Voy a escuchar lo que Dios el Señor dice: él promete paz a su pueblo y a sus fieles, para que no se vuelvan a la necedad.


Sin embargo, no los desalojaré en un solo año, no sea que, al quedarse desolada la tierra, aumente el número de animales salvajes y te ataquen.


Al acostarte, no tendrás temor alguno; te acostarás y dormirás tranquilo.


Cuando camines, te servirán de guía; cuando duermas, vigilarán tu sueño; cuando despiertes, hablarán contigo.


Habrá allí una calzada que será llamada Camino de Santidad. No viajarán por ella los impuros ni transitarán por ella los necios; será solo para los que siguen en ese camino.


No habrá allí ningún león, ni bestia feroz que por él pase; ¡allí no se les encontrará! ¡Por allí pasarán solamente los redimidos!


Yo formo la luz y creo las tinieblas, traigo bienestar y creo calamidad; Yo, el Señor, hago todas estas cosas.


Se extenderán su soberanía y su paz y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre. Esto lo llevará a cabo el celo del Señor de los Ejércitos.


»”No temas, Jacob, siervo mío; no te asustes, Israel”, afirma el Señor. “A ti, Jacob, te libraré de ese país lejano; a tus descendientes los libraré del exilio. Volverás a vivir en paz y seguridad y ya nadie te infundirá temor.


En ese momento me desperté y abrí los ojos. Había tenido un sueño agradable.


»Y, si por todo el país yo mandara bestias feroces que lo arrasaran y lo convirtieran en desierto desolado, de modo que por temor a las fieras nadie se atreviera a pasar,


»Y, si yo enviara guerra sobre ese país y dejara que la espada arrasara la tierra y eliminara a sus habitantes y a sus animales,


»Así dice el Señor y Dios: ¡Peor será cuando mande contra Jerusalén mis cuatro castigos fatales: la espada, el hambre, las bestias feroces y la plaga! Con ellas arrasaré a sus habitantes y a sus animales.


»”Estableceré con ellos un pacto de paz: haré desaparecer del país a las bestias feroces, para que mis ovejas puedan vivir en el desierto y dormir en los bosques con seguridad.


Los árboles del campo darán su fruto, la tierra entregará sus cosechas y ellas vivirán seguras en su propia tierra. Y, cuando yo haga pedazos su yugo y las libere de sus tiranos, entonces sabrán que yo soy el Señor.


Por si fuera poco, lanzaré contra ti animales salvajes que te dejarán sin hijos. Te verás abrumado por las plagas y por el derramamiento de sangre, pues haré que caigas a filo de espada. Yo, el Señor, lo he dicho».


En aquel día haré un pacto en favor de ellos con los animales del campo, con las aves de los cielos y con los reptiles de la tierra. Eliminaré del país arcos, espadas y guerra, para que todos duerman seguros.


Te haré mi esposa con fidelidad y entonces conocerás al Señor.


»Pongan en práctica mis estatutos, observen mis leyes y habitarán seguros en la tierra.


La tierra dará su fruto, y comerán hasta saciarse, y allí vivirán seguros.


Lanzaré sobre ustedes fieras salvajes que arrebatarán sus hijos y destruirán su ganado. De tal manera los diezmarán que sus caminos quedarán desiertos.


Dejaré caer sobre ustedes la espada de la venganza prescrita en el pacto. Cuando se retiren a sus ciudades, les enviaré una plaga y caerán en poder del enemigo.


Perseguirán a sus enemigos y ante ustedes caerán a filo de espada.


Cada uno se sentará debajo de su vid y de su higuera; y nadie perturbará su solaz —el Señor de los Ejércitos lo ha dicho—.


El remanente de Israel no cometerá iniquidad, no dirá mentiras ni se hallará engaño en su boca. Pastarán y descansarán sin que nadie los espante».


“El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera”, dice el Señor de los Ejércitos. “Y en este lugar concederé la paz”», afirma el Señor de los Ejércitos.


Destruirá los carros de guerra de Efraín y los caballos de Jerusalén. Quebrará el arco de combate y proclamará paz a las naciones. Su dominio se extenderá de mar a mar; desde el río Éufrates hasta los confines de la tierra.


La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.


La misma noche en que Herodes estaba a punto de sacar a Pedro para someterlo a juicio, este dormía entre dos soldados, sujeto con dos cadenas. Unos guardias vigilaban la entrada de la cárcel.


En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.


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