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Levítico 26:43 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

43 Al abandonar ellos la tierra, esta disfrutará de sus sábados mientras permanezca deshabitada. Pero tendrán que reconocer sus pecados, por cuanto rechazaron mis leyes y aborrecieron mis estatutos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

43 Pero la tierra será abandonada por ellos, y gozará sus días de reposo, estando desierta a causa de ellos; y entonces se someterán al castigo de sus iniquidades; por cuanto menospreciaron mis ordenanzas, y su alma tuvo fastidio de mis estatutos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

43 Pues la tierra tendrá que ser abandonada para que goce de sus años de descanso mientras quede desolada. Al fin el pueblo pagará por sus pecados, pues continuamente ha rechazado mis ordenanzas y despreciado mis decretos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

43 Así, pues, la tierra será abandonada por ellos para que goce sus descansos sabáticos mientras quede desolada y ellos estén lejos; ellos también pagarán su maldad, porque desecharon mis mandamientos y se cansaron de mis preceptos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

43 Porque la tierra habrá quedado desocupada de ellos, y habrá gozado sus días de reposo mientras estaba en desolación sin ellos, y ellos habrán aceptado el castigo de su iniquidad, por haber rechazado mis ordenanzas y su alma aborrecido mis estatutos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

43 Pero antes tendrán que abandonar la tierra, a fin de que ella se desquite de sus sábados y se quede yerma durante su ausencia. Y ellos expiarán su falta, por haber menospreciado mis mandamientos y por haber sentido su alma fastidio de mis preceptos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

43 Y la tierra será abandonada por ellos, y disfrutará sus sábados, estando desolada a causa de ellos; entonces se someterán al castigo de sus iniquidades; por cuanto menospreciaron mis decretos, y el alma de ellos tuvo fastidio de mis estatutos.

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Levítico 26:43
28 Referencias Cruzadas  

Estando en tal aflicción, imploró al Señor, Dios de sus antepasados, y se humilló profundamente ante él.


Así se cumplió la palabra que el Señor había pronunciado por medio de Jeremías. La tierra disfrutó de su descanso sabático todo el tiempo que estuvo desolada, hasta que se cumplieron setenta años.


»¡Cuán dichoso es el hombre a quien Dios corrige! No menosprecies la disciplina del Todopoderoso.


Antes de sufrir anduve descarriado, pero ahora obedezco tu palabra.


Me hizo bien haber sido afligido, porque así pude aprender tus estatutos.


Señor, yo sé que tus leyes son justas y que por tu fidelidad me afliges.


Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás».


Mi instrucción, la aborreces; mis palabras, las desechas.


Señor, en la angustia te buscaron; apenas lograban susurrar una oración cuando tú los corregías.


Yo me aparté, pero me arrepentí; al comprenderlo me di golpes de pecho. Me siento avergonzado y humillado porque cargo con la deshonra de mi juventud”.


»”El Señor no dudó en traer sobre nosotros esta calamidad; porque el Señor nuestro Dios es justo en todo lo que hace, y aun así no obedecimos.


Estableceré mi morada en medio de ustedes y no los aborreceré.


sino que desprecian mis estatutos, aborrecen mis leyes y dejan de poner por obra todos mis mandamientos, rompiendo así mi pacto,


Destruiré sus altares paganos, demoleré sus altares de incienso y amontonaré sus cadáveres sobre las figuras sin vida de sus ídolos. Volcaré mi odio sobre ustedes;


que me obligaron a enviarlos al país de sus enemigos— y abandonan su terquedad, se humillan y reconocen su pecado,


Ustedes odian al que defiende la justicia en el tribunal y detestan al que dice la verdad.


En un solo mes me deshice de tres pastores. Pero las ovejas me detestaron y yo me cansé de ellas.


El mundo no tiene motivos para aborrecerlos; a mí, sin embargo, me aborrece porque yo testifico que sus obras son malas.


La mente gobernada por la carne es enemiga de Dios, pues no se somete a la Ley de Dios ni es capaz de hacerlo.


El Señor defenderá a su pueblo cuando lo vea sin fuerzas; tendrá compasión de sus siervos cuando ya no queden ni esclavos ni libres.


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