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Levítico 26:25 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

25 Dejaré caer sobre ustedes la espada de la venganza prescrita en el pacto. Cuando se retiren a sus ciudades, les enviaré una plaga y caerán en poder del enemigo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

25 Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Enviaré ejércitos en su contra que llevarán a cabo la maldición del pacto que violaron. Cuando corran a sus ciudades buscando seguridad, les enviaré una plaga para destruirlos ahí mismo, y serán entregados en manos de sus enemigos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 traeré sobre ustedes la espada vengadora de mi alianza. Se refugiarán entonces en sus ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de ustedes y serán entregados en manos del enemigo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Traeré sobre vosotros la espada vengadora en vindicación de mi pacto, y cuando os refugiéis en vuestras ciudades, enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Traeré sobre vosotros la espada, la espada que vengará mi alianza. Buscaréis refugio en vuestras ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de vosotros y os entregaréis a vuestros enemigos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

25 Y traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y os recogeréis a vuestras ciudades; mas yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.

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Levítico 26:25
42 Referencias Cruzadas  

Por lo tanto, el Señor mandó contra Israel una plaga que duró desde esa mañana hasta el tiempo señalado; y en todo el país, desde Dan hasta Berseba, murieron setenta mil personas.


»Cuando tu pueblo Israel sea derrotado por el enemigo por haber pecado contra ti, si luego se vuelve a ti para alabar tu nombre, y ora y te suplica en este templo,


»Cuando en el país haya hambre, plaga, peste, langostas o saltamontes en los sembrados; cuando el enemigo sitie alguna de nuestras ciudades; en fin, cuando venga cualquier calamidad o enfermedad,


Salmanasar, rey de Asiria, atacó a Oseas, lo hizo su vasallo y le impuso tributo.


Aunque el ejército arameo era pequeño, el Señor permitió que derrotara a un ejército muy numeroso, porque los habitantes de Judá habían abandonado al Señor, Dios de sus antepasados. De esta manera Joás recibió el castigo que merecía.


Señor, Dios de las venganzas; Dios de las venganzas, ¡resplandece!


—El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro —contestaron—. Así que debemos hacer un viaje de tres días, hasta el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios. De lo contrario, podría castigarnos con plagas o matarnos a filo de espada.


¿Se niegan y se rebelan? ¡Serán devorados por la espada!». El Señor mismo lo ha dicho.


los destinaré a la espada; todos ustedes se inclinarán para el degüello. Porque llamé y no me respondieron, hablé y no me escucharon. Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos y optaron por lo que no me agrada».


‘En este lugar anularé los planes de Judá y de Jerusalén. Los haré caer a filo de espada delante de sus enemigos, es decir, a manos de los que atentan contra su vida. También dejaré sus cadáveres a las aves del cielo y a las bestias de la tierra para que les sirvan de comida.


Enviaré contra ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que di a ellos y a sus antepasados”».


Se oye la voz de los fugitivos, de los que escaparon de Babilonia; vienen a anunciar en Sión la venganza del Señor nuestro Dios, la venganza por su Templo.


»¡Afilen las flechas! ¡Ármense con escudos! El Señor ha incitado el espíritu de los reyes de los medos para destruir a Babilonia. Esta es la venganza del Señor, la venganza por su Templo.


Los dispersaré entre naciones que ni ellos ni sus antepasados conocieron; los perseguiré con espada hasta aniquilarlos».


»Jóvenes y ancianos por igual yacen en el polvo de las calles; mis jóvenes y mis doncellas cayeron a filo de espada. En tu enojo les quitaste la vida; ¡los masacraste sin piedad!


»Y, si yo enviara guerra sobre ese país y dejara que la espada arrasara la tierra y eliminara a sus habitantes y a sus animales,


Los haré pasar a ustedes bajo mi vara y los haré entrar al vínculo del pacto.


»”Por eso, así dice el Señor y Dios: Contra ti traeré la espada y haré que mate a hombres y animales.


«Hijo de hombre, habla con tu pueblo y dile: “Cuando yo envío la espada a algún país, y la gente de ese país escoge a un hombre y lo pone por centinela,


Por si fuera poco, lanzaré contra ti animales salvajes que te dejarán sin hijos. Te verás abrumado por las plagas y por el derramamiento de sangre, pues haré que caigas a filo de espada. Yo, el Señor, lo he dicho».


Diles: “Escuchen, montañas de Israel, la palabra del Señor y Dios. Esto dice el Señor y Dios a las montañas y colinas, a los canales de los ríos y los valles: ‘Haré que venga contra ustedes la espada, y destruiré sus lugares de culto idolátrico.


En sus ciudades se blandirán espadas, que destrozarán los barrotes de sus puertas y acabarán con sus planes.


»Yo traeré paz al país y ustedes podrán dormir sin ningún temor. Quitaré de la tierra las bestias salvajes y no habrá guerra en su territorio.


«Les mandé plagas como lo hice en Egipto. Maté a sus mejores jóvenes por la espada, junto con los caballos capturados. Hice que llegara hasta sus propias narices el hedor de los campamentos. Con todo, ustedes no se volvieron a mí», afirma el Señor.


Una plaga mortal lo precede y una epidemia sigue sus pasos.


Voy a enviarles una plaga que los destruya, pero de ti haré un pueblo más grande y fuerte que ellos.


Con todo, catorce mil setecientas personas murieron por la plaga, sin contar las que perdieron la vida por causa de Coré.


Moisés se dirigió al pueblo y dijo: «Preparen a algunos de sus hombres para la guerra contra Madián. Vamos a descargar sobre ellos la venganza del Señor.


Habrá grandes terremotos, hambre y epidemias en diferentes lugares, cosas espantosas y grandes señales del cielo.


El Señor te infestará de plagas, hasta acabar contigo en la tierra de la que vas a tomar posesión.


En la calle, la espada los dejará sin hijos, y en sus casas reinará el terror. Perecerán los jóvenes y las doncellas, los que aún maman y los que ya se peinan canas.


Mía es la venganza; yo pagaré. A su debido tiempo, su pie resbalará. Se apresura su desastre, y el día del juicio se avecina».


cuando afile mi espada reluciente y en el día del juicio la tome en mis manos, me vengaré de mis adversarios; ¡les daré su merecido a los que me odian!


Entonces tres mil hombres de Judá descendieron a la cueva en la peña de Etam y dijeron a Sansón: —¿No te das cuenta de que los filisteos nos gobiernan? ¿Por qué nos haces esto? —Simplemente les he hecho lo que ellos me hicieron a mí —contestó él.


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