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Levítico 11:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

8 »No comerán la carne ni tocarán el cadáver de estos animales. Ustedes los considerarán animales impuros.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 No puedes comer la carne de estos animales, ni siquiera tocar el cadáver. Son ceremonialmente impuros para ti.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ustedes no comerán su carne y tampoco tocarán su cadáver: serán impuros para ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 De su carne no comeréis ni tocaréis sus cadáveres. Son inmundos para vosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 No comeréis sus carnes ni tocaréis su cadáver, pues son para vosotros animales impuros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.

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Levítico 11:8
22 Referencias Cruzadas  

Ustedes, que transportan los utensilios del Señor, ¡pónganse en marcha, salgan de allí! ¡Salgan de en medio de ella, purifíquense! ¡No toquen nada impuro!


No habitarán en la tierra del Señor; Efraín regresará a Egipto y comerá alimentos impuros en Asiria.


»El cerdo, porque tiene la pezuña partida en dos, pero no es rumiante; este animal será impuro para ustedes.


»De todos los animales que viven en el agua, es decir, en los mares y en los ríos, ustedes podrán comer los que tengan aletas y escamas.


»Si alguien, sin darse cuenta, toca alguna cosa ritualmente impura, tal como el cadáver de un animal impuro, sea o no doméstico, o el cadáver de un animal impuro que se arrastra por el suelo, se vuelve impuro él mismo y es culpable.


Lo que contamina a una persona no es lo que entra en la boca, sino lo que sale de ella.


Estas son las cosas que contaminan a la persona y no el comer sin lavarse las manos.


Nada de lo que viene de afuera puede contaminar a una persona. Más bien, lo que sale de la persona es lo que la contamina.


—¿Tampoco ustedes pueden entenderlo? —dijo Jesús—. ¿No se dan cuenta de que nada de lo que entra en una persona puede contaminarla?


y vieron a algunos de sus discípulos que comían con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado.


Entonces les habló así: —Ustedes saben muy bien que nuestra Ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que a nadie debo llamar impuro o inmundo.


abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de la carne de animales estrangulados y de la inmoralidad sexual. Bien harán ustedes si evitan estas cosas. Con nuestros mejores deseos.


Más vale no comer carne ni beber vino, ni hacer nada que haga caer a tu hermano.


Pero lo que comemos no nos acerca a Dios; no somos peores por no comer ni mejores por comer.


Por tanto, el Señor añade: «¡Salgan de en medio de ellos y apártense! No toquen nada impuro y yo los recibiré».


No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas,


Así que no se hagan cómplices de ellos.


Así que nadie los juzgue a ustedes por lo que comen, beben o con respecto a días de fiesta religiosa, de luna nueva o de sábado.


No se trata más que de regulaciones externas relacionadas con alimentos, bebidas y diversas ceremonias de purificación, que son válidas solo hasta el tiempo señalado para reformarlo todo.


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