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Jueces 8:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Dios entregó en manos de ustedes a Oreb y a Zeb, los líderes madianitas. Comparado con lo que hicieron ustedes, ¡lo que yo hice no fue nada! Al oír la respuesta de Gedeón, se calmó el resentimiento de ellos contra él.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián; ¿y qué he podido yo hacer comparado con vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó, luego que él habló esta palabra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Dios les dio a ustedes la victoria sobre Oreb y Zeeb, los comandantes del ejército madianita. ¿Qué he logrado yo en comparación con eso? Cuando los hombres de Efraín oyeron la respuesta de Gedeón, se calmó su enojo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 ¿No puso Yavé en las manos de ustedes a los jefes de Madián Oreb y Zeeb? Lo que hice es nada en comparación con eso'. Cuando les hubo hablado así, se apaciguó su cólera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 ’Elohim ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, jefes de Madián, ¿qué podía hacer yo en comparación con vosotros? Entonces su enojo se aplacó cuando dijo esto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 En vuestras manos ha entregado Dios a los príncipes de Madián, Oreb y Zeeb. ¿Qué he podido hacer yo en comparación con vosotros?'. Con estas palabras se aplacó su irritación contra él.

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Jueces 8:3
15 Referencias Cruzadas  

La gloria, Señor, no es para nosotros; no es para nosotros, sino para tu nombre, por causa de tu gran amor y tu fidelidad.


Porque no fue su espada la que conquistó la tierra ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas.


La respuesta amable calma la ira, pero la agresiva provoca el enojo.


Más vale ser paciente que valiente; más vale el dominio propio que conquistar ciudades.


Como manzanas de oro con incrustaciones de plata son las palabras dichas a tiempo.


Con paciencia se convence al gobernante. ¡La lengua amable quebranta hasta los huesos!


Porque como ciertamente dice el refrán: “Uno es el que siembra y otro el que cosecha”.


Por la gracia que se me ha dado, digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.


Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe;


No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.


—¿Qué hice yo, comparado con lo que hicieron ustedes? —respondió él—. ¿No vale más lo que sobra de las uvas de Efraín que toda la vendimia de Abiezer?


Gedeón y sus trescientos hombres agotados, pero persistiendo en la persecución, llegaron al Jordán y lo cruzaron.


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