Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Jueces 3:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Quedaron los cinco gobernantes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios y heveos que vivían en los montes del Líbano, desde el monte de Baal Hermón hasta Lebó Jamat.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Estas son las naciones: los filisteos (que vivían bajo el dominio de los cinco gobernantes filisteos), todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que vivían en las montañas del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta Lebo-hamat.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Así fue como quedaron los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos y los sidonios, y también los jeveos que viven en la montaña del Líbano, desde la montaña de Baal-Hermón hasta la Entrada de Hamat.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Los cinco jefes° filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos, los cuales habitaban en la serranía del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta el paso de Hamat.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 los cinco príncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los jiveos que habitan la montaña del Líbano, desde el monte Baal Hermón hasta la entrada de Jamat.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Cinco príncipes de los filisteos, y todos los cananeos, y los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano; desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

Ver Capítulo Copiar




Jueces 3:3
31 Referencias Cruzadas  

»Zabulón vivirá a la orilla del mar; será puerto seguro para las naves y sus fronteras llegarán hasta Sidón.


Siguieron hacia la fortaleza de Tiro y recorrieron todas las ciudades de los heveos y los cananeos. Finalmente, llegaron a Berseba, en el Néguev de Judá.


Y así, en presencia del Señor nuestro Dios, Salomón y todo Israel celebraron la fiesta durante siete días, extendiéndola luego siete días más: catorce días de fiesta en total. A la fiesta llegó gente de todas partes, desde Lebó Jamat hasta el río de Egipto, y se formó una gran asamblea.


En el país quedaron los descendientes de los pueblos no israelitas, es decir, los amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos. Los israelitas no pudieron destruir esos pueblos,


Por el occidente, la frontera será el mar Mediterráneo, desde el límite sur hasta la costa que está a la altura de Lebó Jamat. Esta será la frontera occidental.


Los amalecitas habitan el Néguev; los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, y los cananeos ocupan la zona costera y la ribera del río Jordán.


y desde el monte Hor hasta Lebó Jamat. De allí, esta línea seguirá hasta llegar a Zedad,


Pónganse en marcha y diríjanse a la región montañosa de los amorreos y a todas las zonas vecinas: el Arabá, las montañas, las llanuras occidentales, el Néguev y la costa, hasta la tierra de los cananeos, el Líbano y el gran río Éufrates.


al que los sidonios llaman Sirión y los amorreos Senir.


Ninguna ciudad hizo tratado de ayuda mutua con los israelitas, excepto los heveos de Gabaón. A todas esas ciudades Josué las derrotó en el campo de batalla,


Llamó además a los cananeos de oriente y occidente, a los amorreos, a los hititas, a los ferezeos, a los jebuseos de las montañas y a los heveos que viven en las laderas del monte Hermón en Mizpa.


que se extienden desde el río Sijor, al este de Egipto, hasta la frontera de Ecrón al norte. Esas regiones son consideradas territorio cananeo, pero ahora gobernadas por los cinco gobernantes filisteos: el de Gaza, el de Asdod, el de Ascalón, el de Gat y el de Ecrón. También queda sin conquistar el territorio de los aveos.


Además queda el territorio de los guiblitas y todo el Líbano oriental, desde Baal Gad, al pie del monte Hermón, hasta Lebó Jamat.


La frontera seguía hacia Abdón, Rejob, Hamón y Caná hasta tocar la gran ciudad de Sidón.


Los israelitas replicaron: —Tal vez ustedes son de por acá y en ese caso, no podemos hacer ningún tratado con ustedes.


los sidonios, los amalecitas y los maonitas los oprimían y ustedes clamaron a mí para que los ayudara, ¿acaso no los libré de su dominio?


el Señor se enfureció contra ellos. Los entregó en manos de los filisteos y a los amonitas,


Su padre y su madre no sabían que esto era de parte del Señor, que buscaba la ocasión de confrontar a los filisteos; porque en aquel tiempo los filisteos dominaban a Israel.


Los cinco hombres se fueron y llegaron a Lais, donde vieron que la gente vivía segura, tranquila y confiada, tal como vivían los sidonios. Gozaban de prosperidad y no les faltaba nada. Además, vivían lejos de los sidonios y no se relacionaban con nadie más.


Lo hizo solamente para que los descendientes de los israelitas, que no habían tenido experiencia en el campo de batalla, aprendieran a combatir.


Así que el Señor los entregó en manos de Jabín, un rey cananeo que reinaba en Jazor. El comandante de su ejército era Sísara, que vivía en Jaroset Goyim.


Los filisteos también se juntaron para hacerle la guerra a Israel. Contaban con tres mil carros, seis mil jinetes y un ejército tan numeroso como la arena a la orilla del mar. Avanzaron hacia Micmás, al este de Bet Avén, y allí acamparon.


Los jefes de los filisteos avanzaban en compañías de cien y de mil soldados, seguidos de Aquis y de David y sus hombres.


Los cinco jefes filisteos vieron todo esto y regresaron a Ecrón ese mismo día.


Así mismo, el número de las ratas de oro correspondía al de las ciudades filisteas que pertenecían a los cinco jefes, tanto las ciudades fortificadas como las aldeas sin murallas. Y la gran piedra donde depositaron el arca del Señor permanece hasta el día de hoy, como testimonio, en el campo de Josué de Bet Semes.


—¿Y qué debemos ofrecer como sacrificio por la culpa? —preguntaron los filisteos. —Cinco figuras de oro en forma de tumor —respondieron aquellos— y otras cinco en forma de rata, conforme al número de jefes filisteos, pues la misma plaga los ha azotado a ustedes y a sus jefes.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos