Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





Juan 10:15 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

15 así como el Padre me conoce y yo lo conozco, y doy mi vida por las ovejas.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

15 como también mi Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre. Así que sacrifico mi vida por las ovejas.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

15 lo mismo que el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Y yo doy mi vida por las ovejas.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

15 así como el Padre me conoce y Yo conozco al Padre,° y pongo mi vida por las ovejas.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy mi vida por las ovejas.

Ver Capítulo Copiar




Juan 10:15
25 Referencias Cruzadas  

»Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.


Jesucristo dio su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo malvado, según la voluntad de nuestro Dios y Padre,


Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados y no solo por los nuestros, sino por los de todo el mundo.


»Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce al Hijo, sino el Padre; nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo.


Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir, y, como él ofreció su vida para obtener el perdón de pecados, verá su descendencia, prolongará sus días y llevará a cabo la voluntad del Señor.


Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.


Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados.


y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios.


Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.


así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.


»¡Despierta, espada, contra mi pastor, contra mi compañero!», afirma el Señor de los Ejércitos. «Hiere al pastor para que se dispersen las ovejas y vuelva yo mi mano contra los pequeños.


»Padre justo, aunque el mundo no te conoce, yo sí te conozco y estos reconocen que tú me enviaste.


Al Padre nadie lo ha visto, excepto el que viene de Dios; solo él ha visto al Padre.


A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo único, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer.


En aquel momento Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque esa fue tu buena voluntad.


Después de las sesenta y dos semanas se le quitará la vida al Ungido y se quedará sin nada. La ciudad y el santuario serán destruidos por el pueblo de un príncipe que vendrá. El fin vendrá como una inundación, la destrucción no cesará hasta que termine la guerra.


Después de aprehenderlo y juzgarlo, le dieron muerte; nadie se preocupó de su descendencia. Fue arrancado de la tierra de los vivientes y golpeado por la rebelión de mi pueblo.


Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.


Cristo nos rescató de la maldición de la Ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero».


aunque no lo conocen. Yo, en cambio, sí lo conozco. Si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes; pero lo conozco y cumplo su palabra.


»Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo».


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios