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Josué 11:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Llamó además a los cananeos de oriente y occidente, a los amorreos, a los hititas, a los ferezeos, a los jebuseos de las montañas y a los heveos que viven en las laderas del monte Hermón en Mizpa.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 y al cananeo que estaba al oriente y al occidente, al amorreo, al heteo, al ferezeo, al jebuseo en las montañas, y al heveo al pie de Hermón en tierra de Mizpa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 a los reyes de Canaán, tanto del oriente como del occidente; y a los reyes de los amorreos, de los hititas, de los ferezeos, de los jebuseos en la zona montañosa y de los heveos en las ciudades que están en las laderas del monte Hermón, en la tierra de Mizpa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Los cananeos estaban al este y al oeste: los amoreos, los hititas, los fereceos y los jebuseos, en la montaña; los jeveos al pie del Hermón, en el territorio de Mispá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 al cananeo que estaba al oriente y al occidente, al amorreo, al heteo, al ferezeo, al jebuseo de la serranía, y al heveo, al pie del Hermón, en tierra de Mizpa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 a los cananeos de oriente y occidente, a los amorreos, hititas, perizeos y jebuseos de la montaña y a los jiveos al pie del Hermón, en el país de Mispá.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 y al cananeo que estaba al oriente y al occidente, y al amorreo, y al heteo, y al ferezeo, y al jebuseo en las montañas, y al heveo debajo de Hermón en la tierra de Mizpa.

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Josué 11:3
30 Referencias Cruzadas  

y también se le llamó Mizpa, porque Labán juró: —Que el Señor nos vigile cuando ya estemos lejos el uno del otro.


Entonces el ángel del Señor, que estaba en el lugar donde Arauna el jebuseo limpiaba el trigo, extendió su mano hacia Jerusalén para destruirla. Pero el Señor se lamentó del castigo que había enviado y dijo al ángel destructor: «¡Basta! ¡Detén tu mano!».


Siguieron hacia la fortaleza de Tiro y recorrieron todas las ciudades de los heveos y los cananeos. Finalmente, llegaron a Berseba, en el Néguev de Judá.


Entonces el rey Asá movilizó a todo Judá, sin eximir a nadie, y se llevaron de Ramá las piedras y la madera con que Basá había estado fortificando la ciudad. Con ellas el rey Asá fortificó Gueba de Benjamín y también Mizpa.


En el país quedaron los descendientes de los pueblos no israelitas, es decir, los amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos. Los israelitas no pudieron destruir esos pueblos,


Es como el rocío de Hermón que va descendiendo sobre los montes de Sión. Ciertamente allí el Señor envía su bendición, vida para siempre.


Por ti fueron creados el norte y el sur; el Tabor y el Hermón cantan alegres a tu nombre.


Desciende del Líbano conmigo, novia mía; desciende del Líbano conmigo. Baja de la cumbre del Amaná, de la cima del Senir y del Hermón. Baja de las guaridas de los leones, de los montes donde habitan los leopardos.


Yo me quedaré en Mizpa, para representarlos ante los babilonios que vengan a vernos. Pero ustedes, comiencen a almacenar en recipientes vino, frutos de verano y aceite, y vivan en las ciudades que han ocupado».


Jeremías se fue entonces junto a Guedalías, hijo de Ajicán, en Mizpa, y se quedó con él en medio del pueblo que había permanecido en la tierra.


Todo el pueblo que Ismael llevaba cautivo desde Mizpa se dio la vuelta y se fue con Johanán, hijo de Carea.


Ismael mató también a todos los judíos y soldados babilonios que se encontraban en Mizpa con Guedalías.


Los amalecitas habitan el Néguev; los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, y los cananeos ocupan la zona costera y la ribera del río Jordán.


Este territorio se extendía desde Aroer, a la orilla del arroyo Arnón, hasta el monte Siyón, o sea, el monte Hermón.


El Señor tu Dios te hará entrar en la tierra que vas a poseer y echará de tu presencia a siete naciones más grandes y fuertes que tú: los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.


También se apoderó de todos los territorios, desde la montaña de Jalac que se eleva hacia Seír, hasta Baal Gad en el valle del Líbano, a las faldas del monte Hermón. Josué capturó a todos los reyes de esa región y los ejecutó,


El Señor los entregó en manos de los israelitas, quienes los atacaron y persiguieron hasta la gran ciudad de Sidón, y hasta Misrefot Mayin y el valle de Mizpa al este, y no quedaron sobrevivientes.


Comprendía, además, Galaad, el territorio de la gente de Guesur y Macá, toda la montaña del Hermón y todo Basán hasta Salcá.


Además queda el territorio de los guiblitas y todo el Líbano oriental, desde Baal Gad, al pie del monte Hermón, hasta Lebó Jamat.


Los descendientes de Judá no pudieron expulsar de la ciudad de Jerusalén a los jebuseos, así que hasta el día de hoy estos viven allí junto con los descendientes de Judá.


Y añadió: «Ahora sabrán que el Dios viviente está en medio de ustedes y que de seguro expulsará a los cananeos, los hititas, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los amorreos y los jebuseos.


Todos los israelitas desde Dan hasta Berseba, incluso los de la tierra de Galaad, salieron como un solo hombre y se reunieron ante el Señor en Mizpa.


Luego preguntaron los israelitas: «¿Quién de entre todas las tribus de Israel no se presentó a la asamblea del Señor?». Porque habían pronunciado un juramento solemne contra cualquiera que no se presentara ante el Señor en Mizpa, que decía así: «Tendrá que morir».


Entonces preguntaron: «¿Cuál de las tribus de Israel no se presentó ante el Señor en Mizpa?». Y resultó que ninguno de Jabés de Galaad había llegado al campamento para la asamblea,


Quedaron los cinco gobernantes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios y heveos que vivían en los montes del Líbano, desde el monte de Baal Hermón hasta Lebó Jamat.


Los israelitas vivían entre cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.


Después de esto, Samuel convocó al pueblo de Israel para que se presentara ante el Señor en Mizpa.


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