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Jeremías 26:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

6 entonces haré con esta casa lo mismo que hice con Siló: Haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra’ ”».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 yo pondré esta casa como Silo, y esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 entonces destruiré este templo así como destruí a Silo, el lugar donde estaba el tabernáculo. Y haré que Jerusalén se convierta en objeto de maldición en cada nación de la tierra’”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 trataré a este templo como traté al santuario de Silo, y pondré a Jerusalén como ejemplo; todas las naciones de la tierra reconocerán que yo la maldije.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 reduciré esta Casa como Silo, y esta ciudad será objeto de maldición para todas las naciones de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 entonces haré de este templo como del de Siló, y haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 yo pondré esta casa como Silo, y a esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra.

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Jeremías 26:6
20 Referencias Cruzadas  

‘Como te has conmovido y humillado ante el Señor al escuchar lo que he anunciado contra este lugar y sus habitantes, que serían asolados y malditos; y como te has rasgado las vestiduras y has llorado en mi presencia, yo te he escuchado. Yo, el Señor, lo afirmo.


Por eso humillé a las autoridades del templo; entregué a Jacob a la destrucción total, entregué a Israel al menosprecio.


Mis escogidos heredarán el nombre de ustedes como una maldición. El Señor y Dios les dará muerte, pero a sus siervos dará un nombre diferente.


“Los convertiré en motivo de espanto y de calamidad, para todos los reinos de la tierra. En todos los lugares por donde yo los disperse, serán objeto de escarnio, desprecio, burla y maldición.


a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus oficiales, para convertirlos en ruinas, en motivo de horror, burla y maldición, como hoy se puede ver.


Los perseguiré con espada, hambre y pestilencia, y haré que sean motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, y que sean maldición y objeto de horror, de burla y de escarnio en todas las naciones por donde yo los disperse.


Por culpa de ellos, todos los deportados de Judá que están en Babilonia pronunciarán esta maldición: “Que haga el Señor contigo lo mismo que hizo con Sedequías y Acab, a quienes el rey de Babilonia asó en el fuego”.


Porque así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: «Así como se ha derramado mi ira y mi furor sobre los habitantes de Jerusalén, así se derramará mi furor sobre ustedes si se van a Egipto. Se convertirán en objeto de maldición, de horror, de condenación y deshonra; nunca más volverán a ver este lugar».


Cuando el Señor ya no pudo soportar más las malas acciones y las cosas abominables que ustedes hacían, su país se convirtió en objeto de maldición, en un lugar desértico, desolado y sin habitantes, tal como está hoy.


Todos los que pasan por el camino aplauden burlones al verte. Ante ti, hija de Jerusalén, menean sus cabezas y entre silbidos preguntan: «¿Es esta la ciudad llamada perfecta en su hermosura? ¿El gozo de toda la tierra?».


Todos tus enemigos abren la boca para hablar mal de ti; rechinando los dientes, declaran burlones: «Nos la hemos comido viva. Llegó el día tan esperado; ¡hemos vivido para verlo!».


Todo Israel ha transgredido tu Ley y se alejaron cuando rechazaron obedecerte. Por eso, las maldiciones y los juicios escritos en la Ley de Moisés, siervo de Dios, han sido derramadas sobre nosotros, porque pecamos contra ti.


Entonces el ángel me dijo: «Esta es la maldición que caerá sobre todo el país. Según lo escrito en ambos lados del rollo, tanto el ladrón como el que jura en falso serán desterrados.


Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres; así no vendré a herir la tierra con destrucción total».


Cuando el país quedó bajo el control de los israelitas, toda la asamblea israelita se reunió en Siló, donde habían establecido la Tienda de reunión.


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