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Jeremías 2:20 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

20 «Desde hace mucho quebraste el yugo; te quitaste las ataduras y dijiste: “¡No quiero servirte!”. Sobre toda colina alta y bajo todo árbol frondoso, te entregaste a la prostitución.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

20 Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 »Hace tiempo rompí el yugo que te oprimía y arranqué las cadenas de tu esclavitud, pero aun así dijiste: “No te serviré”. Sobre cada colina y debajo de todo árbol frondoso te has prostituido inclinándote ante ídolos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Hace tiempo que has quebrado el yugo, soltándote de sus lazos. Tú dijiste: 'Yo no quiero servir. Y sobre cualquier loma, bajo cualquier árbol frondoso, te tendías como una prostituta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Desde antiguo has quebrado el yugo y roto tus ataduras, Diciendo: ¡No quiero servir! Y sobre todo collado alto, y debajo todo árbol frondoso° te postras° y te prostituyes.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Desde antiguo quebraste tu yugo, tus coyundas has roto, diciendo: 'No quiero servir', cuando sobre toda colina elevada y bajo todo árbol frondoso te echabas como prostituta.

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Jeremías 2:20
50 Referencias Cruzadas  

Decretó celebrar una fiesta el día quince del mes octavo, semejante a la que se celebraba en Judá. En el altar de Betel ofreció sacrificios a los becerros que había hecho y estableció también sacerdotes para los altares paganos que había construido.


Además, en todas las colinas y bajo todo árbol frondoso se construyeron altares paganos, piedras sagradas e imágenes de la diosa Aserá.


Los sacó de las más densas tinieblas y rompió en pedazos sus cadenas.


Y dicen: «¡Hagamos pedazos sus cadenas! ¡Librémonos de su yugo!».


Lo irritaron con sus altares paganos; con sus imágenes despertaron sus celos.


y todo el pueblo respondió a una sola voz: «Cumpliremos con todo lo que el Señor nos ha ordenado». Así que Moisés llevó al Señor la respuesta del pueblo


Moisés fue y refirió al pueblo todas las palabras y leyes del Señor, y ellos respondieron a una voz: «Haremos todo lo que el Señor ha dicho».


Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.


¡Cómo se ha prostituido la ciudad fiel! Antes estaba llena de justicia. La rectitud moraba en ella, pero ahora solo quedan asesinos.


En aquel día esa carga se te quitará de los hombros y, a causa de la gordura, se romperá el yugo que llevas en el cuello.


Destrozaré a Asiria en mi tierra; la pisotearé sobre mis montes. Mi pueblo dejará de llevar su yugo; ya no pesará esa carga sobre sus hombros.


Ciertamente tú has quebrado, como en la derrota de Madián, el yugo que los oprimía, la barra que pesaba sobre sus hombros, el bastón de mando que los subyugaba.


He visto tus adulterios, tus relinchos, tu prostitución desvergonzada y tus abominaciones, en los campos y sobre las colinas. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿Hasta cuándo seguirás en tu impureza?».


Aún sus hijos recuerdan sus altares y las imágenes de Aserá junto a los árboles frondosos sobre las altas colinas,


»Pero ustedes, los de esta generación, presten atención a la palabra del Señor: »¿Acaso he sido para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué dice mi pueblo: “Somos libres, nunca más volveremos a ti”?


“Tan solo reconoce tu culpa y que te rebelaste contra el Señor tu Dios. Bajo todo árbol frondoso has brindado a dioses extraños tus favores y no has querido obedecerme”», afirma el Señor.


»”En aquel día”, afirma el Señor de los Ejércitos, “quebraré el yugo que mi pueblo lleva sobre el cuello, romperé sus ataduras, y ya no serán esclavos de extranjeros.


Me dirigiré a los líderes y les hablaré; porque ellos sí conocen el camino del Señor y las demandas de su Dios». Pero ellos también quebrantaron el yugo y rompieron las ataduras.


Una y otra vez fornicaste con los asirios, porque eras insaciable.


Pero cuando en cada santuario armabas un prostíbulo y te exhibías en cada esquina, no te comportabas como una prostituta, ¡pues no cobrabas nada!


Incendiarán tus casas y en presencia de muchas mujeres ejecutarán la sentencia contra ti. Yo pondré fin a tu prostitución; ya no volverás a pagarles a tus amantes.


Cuando los hice entrar en la tierra que juré solemnemente con la mano en alto darles, ellos hacían sacrificios y presentaban esas ofrendas que tanto me ofenden; lo hacían ante cualquier cerro o árbol frondoso que veían. Allí quemaban incienso aromático y derramaban sus ofrendas líquidas.


»Mientras Aholá me pertenecía, se prostituyó y se enamoró perdidamente de sus amantes los asirios,


Cuando el Señor comenzó a hablar por medio de Oseas le dijo: «Ve y toma por esposa una prostituta y ten con ella hijos de prostitución, porque el país se ha prostituido por completo. ¡Se ha apartado del Señor!».


Su madre es una prostituta; la que los concibió es una desvergonzada. Pues dijo: “Quiero ir tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas”.


luego le dije: «Vas a vivir conmigo mucho tiempo, pero sin prostituirte. No tendrás relaciones sexuales con ningún otro hombre, y yo me comportaré de la misma manera contigo».


Sobre las cumbres de los montes ofrecen sacrificios, queman incienso en las colinas, bajo la agradable sombra de robles, álamos y encinas. Por eso se prostituyen sus hijas y cometen adulterio sus nueras.


No te alegres, Israel; no hagas fiesta como las otras naciones, porque te has prostituido. ¡Le has sido infiel a tu Dios! Prefieres la paga de prostituta que recibes en todos los trigales.


Yo soy el Señor su Dios que los saqué de Egipto para que dejaran de ser esclavos. Yo rompí las varas de su yugo y los hice caminar con la cabeza erguida.


Voy a quebrar el yugo que te oprime, voy a romper tus ataduras».


Destruirán por completo todos los lugares donde adoran a sus dioses las naciones que ustedes van a conquistar, es decir, en las montañas, en las colinas y debajo de todo árbol frondoso.


Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te dio libertad. Por eso te doy ahora esta orden.


Hoy has declarado que el Señor es tu Dios y que andarás en sus caminos, que prestarás oído a su voz y que cumplirás sus estatutos, mandamientos y leyes.


Pero a ustedes el Señor los tomó y los sacó de Egipto, de ese horno donde se funde el hierro, para que fueran el pueblo de su propiedad, como lo son ahora.


¿Acaso hay un dios que haya intentado entrar en una nación y tomarla para sí mediante pruebas, señales, milagros, guerras, actos portentosos y gran despliegue de fuerza y de poder, como lo hizo por ti el Señor tu Dios en Egipto, ante tus propios ojos?


Acércate tú al Señor nuestro Dios y escucha todo lo que él te diga. Repítenos luego todo lo que te comunique, y nosotros escucharemos y obedeceremos».


Ellos respondieron a Josué: —Nosotros obedeceremos todo lo que nos has mandado e iremos adondequiera que nos envíes.


El pueblo respondió: —Al Señor nuestro Dios serviremos y solo a él obedeceremos.


y registró todo en el libro de la Ley de Dios. Luego tomó una enorme piedra y la colocó bajo la encina que está cerca del santuario del Señor.


Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas se me acercó y me dijo: «Ven y te mostraré el castigo de la gran prostituta que está sentada sobre muchas aguas.


Una vez más los israelitas hicieron lo malo ante los ojos del Señor. Adoraron a los ídolos de Baal y a las imágenes de Astarté; a los dioses de Aram, Sidón y Moab, y a los de los amonitas y los filisteos. Y, como los israelitas abandonaron al Señor y dejaron de rendirle culto,


Esos israelitas hicieron lo malo ante los ojos del Señor y adoraron a los ídolos de Baal.


Abandonaron al Señor y adoraron a Baal y a las imágenes de Astarté.


Por eso ustedes clamaron al Señor: “Hemos pecado al abandonar al Señor y adorar a los ídolos de Baal y a las imágenes de Astarté. Pero ahora, si nos libras del poder de nuestros enemigos, solo a ti te serviremos”.


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