Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Génesis 8:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 Dios se acordó entonces de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra y las aguas comenzaron a bajar.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces Dios se acordó de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el barco. Envió un viento que soplara sobre la tierra, y las aguas del diluvio comenzaron a retirarse.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Y Dios se acordó de Noé y de todas las fieras salvajes y de los otros animales que estaban con él en el arca. Dios hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas descendieron.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

1 Entonces ’Elohim se acordó de Noé y de todo ser vivo, y de todos los animales que estaban con él en el arca. Y ’Elohim hizo pasar un viento sobre la tierra, y las aguas decrecieron.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Se acordó Dios de Noé, de todos los animales y de todas las bestias que estaban con él en el arca. Entonces hizo pasar Dios un viento sobre la tierra y fueron decreciendo las aguas.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Y se acordó Dios de Noé, y de todo ser viviente, y de todo el ganado que estaba con él en el arca; e hizo Dios que pasara un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas.

Ver Capítulo Copiar




Génesis 8:1
35 Referencias Cruzadas  

Así arrasó Dios a las ciudades de la llanura, pero se acordó de Abraham y sacó a Lot de en medio de la catástrofe que destruyó a las ciudades en que había habitado.


Pero Dios también se acordó de Raquel; la escuchó y le quitó la esterilidad.


y con todos los seres vivientes que están con ustedes, es decir, con todos los seres vivientes de la tierra que salieron del arca: las aves, y los animales domésticos y salvajes.


«¡Recuerda esto, Dios mío, y favoréceme; no olvides todo el bien que hice por el Templo de mi Dios y de su culto!».


Luego ordené a los levitas que se purificaran y que fueran a hacer guardia en las puertas, para que el sábado fuera respetado como santo. «¡Recuerda esto, Dios mío, y conforme a tu gran amor, ten compasión de mí!».


«¡Recuerda esto, Dios mío, en perjuicio de los que profanaron el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes y de los levitas!».


También organicé la contribución de la leña en las fechas establecidas, y la entrega de las primicias. «¡Acuérdate de mí, Dios mío, y favoréceme!».


Si él retiene las lluvias, hay sequía; si las deja caer, se inunda la tierra.


»¡Si al menos me ocultaras en el sepulcro y me escondieras hasta que pase tu enojo! ¡Si al menos me pusieras un plazo allí y luego me recordaras!


Se acordó Dios de su santa promesa, la que hizo a su siervo Abraham.


Acuérdate de mí, Señor, cuando muestres tu bondad a tu pueblo; ven en mi ayuda el día de tu salvación,


El Señor nos recuerda y nos bendice: bendice a su pueblo Israel, bendice a la familia de Aarón,


Señor, acuérdate de David y de todas sus penurias.


Al que nunca nos olvida, aunque estemos humillados; su gran amor perdura para siempre.


Señor, acuérdate de los edomitas el día en que cayó Jerusalén. «¡Arrásenla!» —gritaban— «¡Arrásenla hasta sus cimientos!».


El Señor tiene su trono sobre el diluvio; el Señor reina por siempre.


Tu justicia es como las altas montañas; tus juicios, tan profundos como el mar. Tú, Señor, cuidas de hombres y animales;


Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el Señor envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron


Pero con un soplo tuyo se los tragó el mar; se hundieron como plomo en las aguas turbulentas.


quien al oír sus quejidos se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob.


Con el viento del norte vienen las lluvias; con la lengua viperina, las malas caras.


Yo digo a las aguas profundas: “¡Séquense!”. Y ordeno que se sequen sus corrientes.


¡Muerte a sus aguas! ¡Que queden secas! Porque Babilonia es un país de ídolos, de ídolos terribles que provocan la locura.


El Señor ha jurado por el orgullo de Jacob: «Jamás olvidaré nada de lo que han hecho.


Y de Nínive, una gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda y tanto ganado, ¿no habría yo de compadecerme?


Reprende al mar y lo seca; hace que todos los ríos se evaporen. Los montes Basán y Carmelo pierden su lozanía; el verdor del Líbano se marchita.


Señor, he sabido de tu fama; tiemblo delante de tus obras, Señor. Repítelas en nuestros días, dalas a conocer en nuestro tiempo; en tu ira, ten presente tu misericordia.


Cruzarán el mar de la angustia, pero yo golpearé sus olas y las profundidades del Nilo se secarán. Abatiré el orgullo de Asiria y pondré fin al dominio de Egipto.


»Cuando estén ya en su propia tierra y tengan que salir a la guerra contra el enemigo opresor, las trompetas darán la señal de combate. Entonces el Señor su Dios se acordará de ustedes y los salvará de sus enemigos.


El ángel del Señor preguntó: —¿Por qué golpeaste tres veces a tu burra? ¿No te das cuenta de que vengo dispuesto a no dejarte pasar porque he visto que tus caminos son malos?


La gran ciudad se partió en tres y las ciudades de las naciones se desplomaron. Dios se acordó de la gran Babilonia y le dio a beber de la copa llena del vino de la ira de su castigo.


pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo y de sus injusticias se ha acordado Dios.


Al día siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, volvieron a su casa en Ramá. Luego Elcaná se unió a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos