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Génesis 4:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

4 Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Abel también presentó una ofrenda: las mejores partes de algunos de los corderos que eran primeras crías de su rebaño. El Señor aceptó a Abel y a su ofrenda,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 También Abel le hizo una ofrenda, sacrificando los primeros nacidos de sus rebaños y quemando su grasa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 También Abel llevó de los primerizos° de su rebaño y de la grosura° de ellos. Y YHVH consideró a Abel y a su ofrenda,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 También Abel ofreció primogénitos de sus ovejas, con su grasa. Yahveh se complació en Abel y en su ofrenda

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y Abel trajo también de los primogénitos de su rebaño, y de su grosura. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;

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Génesis 4:4
22 Referencias Cruzadas  

Cuando el sol se puso y cayó la noche, aparecieron un horno humeante y una antorcha encendida, los cuales pasaban entre los animales descuartizados.


Tiempo después, Caín presentó al Señor una ofrenda del fruto de la tierra.


Entonces invocarán ellos el nombre de su dios y yo invocaré el nombre del Señor. El que responda con fuego, ese es el Dios verdadero. Y todo el pueblo estuvo de acuerdo.


En ese momento, cayó el fuego del Señor y quemó el holocausto, la leña, las piedras y el suelo, y hasta lamió el agua de la zanja.


Allí construyó un altar al Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Luego oró al Señor y, en respuesta, Dios envió fuego del cielo sobre el altar del holocausto.


Cuando Salomón terminó de orar, descendió fuego del cielo y consumió el holocausto y los sacrificios, y la gloria del Señor llenó el Templo.


Que se acuerde de todas tus ofrendas; que acepte tus holocaustos. Selah


dedicarán al Señor el primogénito de todo vientre, y todo primer macho de su ganado, pues estos pertenecen al Señor.


Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas.


Vi, además, que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es vanidad; ¡es correr tras el viento!


De la presencia del Señor salió un fuego que consumió el holocausto y la grasa que estaban sobre el altar. Al ver esto, todo el pueblo prorrumpió en gritos de júbilo y cayó rostro en tierra.


Entonces Moisés, sumamente enojado, dijo al Señor: —No aceptes la ofrenda que te traigan, que yo de ellos no he tomado ni siquiera un asno ni les he hecho ningún daño.


Y los doscientos cincuenta hombres que ofrecían incienso fueron consumidos por el fuego del Señor.


»De las primicias que ellos traigan al Señor, te daré también lo mejor del aceite, del vino nuevo y del trigo.


»Pero no podrás rescatar al primogénito de un toro, de una oveja o de un macho cabrío, pues son santos. Rociarás su sangre en el altar y quemarás su grasa como ofrenda puesta al fuego, cuyo aroma es grato al Señor.


Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín y por ella recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía.


De hecho, la Ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón.


A la bestia la adorarán todos los habitantes de la tierra, aquellos cuyos nombres no han sido escritos en el libro de la vida, el libro del Cordero que fue sacrificado desde la creación del mundo.


Entonces, con la punta del bastón que llevaba en la mano, el ángel del Señor tocó la carne y el pan sin levadura; entonces de la roca salió fuego que consumió la carne y el pan. Luego el ángel del Señor desapareció de su vista.


Samuel respondió: «¿Qué agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y prestar atención, más que la grasa de carneros.


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