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Génesis 26:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

4 Multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y les daré todas esas tierras. Por medio de tu descendencia todas las naciones de la tierra serán bendecidas,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Haré que tus descendientes sean tan numerosos como las estrellas de los cielos, y les daré todas estas tierras. Y mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y le daré todas esas tierras. Y por tu descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra,

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos, daré a tu descendencia todas estas tierras, y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y daré a tu posteridad todas estas tierras. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y a tu simiente daré todas estas tierras; y en tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra;

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Génesis 26:4
22 Referencias Cruzadas  

Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también podrá contar tus descendientes.


En aquel día el Señor hizo un pacto con Abram. Le dijo: —A tus descendientes daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Éufrates.


Luego lo llevó afuera y le dijo: —Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, a ver si puedes. ¡Así de numerosa será tu descendencia!


Es un hecho que Abraham se convertirá en una nación grande y poderosa, y en él serán bendecidas todas las naciones de la tierra.


Esa noche se apareció el Señor y le dijo: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No temas, que yo estoy contigo. Por amor a mi siervo Abraham, te bendeciré y multiplicaré tu descendencia».


Tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra. Te extenderás de norte a sur y de oriente a occidente, y todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y de tu descendencia.


Que el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y haga que salgan de ti numerosas naciones.


La tierra que di a Abraham y a Isaac te la doy a ti y a tus descendientes».


Los israelitas se asentaron en Egipto, en la región de Gosén. Allí adquirieron propiedades, fueron fecundos y llegaron a ser muy numerosos.


David no censó a los hombres que tenían menos de veinte años porque el Señor había prometido que haría a Israel tan numeroso como las estrellas del cielo.


Que su nombre perdure para siempre; que su fama permanezca como el sol. Que en su nombre sean bendecidas las naciones; que todas ellas lo proclamen dichoso.


Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel. Tú mismo prometiste que harías a sus descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo; tú prometiste que darías a sus descendientes toda esta tierra como su herencia eterna.


También con ellos confirmé mi pacto de darles la tierra de Canaán, donde residieron como forasteros.


Ustedes, pues, son herederos de los profetas y del pacto que Dios estableció con sus antepasados al decirle a Abraham: “Todos los pueblos del mundo serán bendecidos por medio de tu descendencia”.


Ahora bien, las promesas se hicieron a Abraham y a su descendencia. La Escritura no dice: «y a los descendientes», como refiriéndose a muchos, sino: «y a tu descendencia», dando a entender uno solo, que es Cristo.


En efecto, la Escritura, habiendo previsto que Dios justificaría por la fe a las naciones, anunció de antemano el evangelio a Abraham: «Por medio de ti serán bendecidas todas las naciones».


No te apropies de nada que haya sido destinado a la destrucción. De ese modo, el Señor alejará de ti el furor de su ira, te tratará con misericordia y compasión, y hará que te multipliques, tal como se lo juró a tus antepasados.


De modo que no es por tu justicia ni por tu rectitud por lo que vas a tomar posesión de su tierra. ¡No! La propia maldad de esas naciones hará que el Señor tu Dios las arroje lejos de ti. Así cumplirá lo que juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.


Gracias a ella recibieron un testimonio favorable nuestros ancestros.


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