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Génesis 26:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Vive en ese lugar por un tiempo. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas esas tierras. Así confirmaré el juramento que hice a tu padre Abraham.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Vive aquí como extranjero en esta tierra, y yo estaré contigo y te bendeciré. Yo, con estas palabras, confirmo que te daré todas estas tierras a ti y a tu descendencia, tal como le prometí solemnemente a Abraham, tu padre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Serás forastero en esa tierra, pero yo estaré contigo y te bendeciré. Pues quiero darte a ti y a tus descendientes todas estas tierras, cumpliendo así el juramento que hice a tu padre Abrahán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré, porque a ti y a tu simiente daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que juré a tu padre Abraham.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Quédate en el país que yo te indicaré. Mora como extranjero en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré; pues a ti y a tu posteridad he de dar todas estas tierras, manteniendo el juramento que hice a tu padre Abrahán.

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Génesis 26:3
42 Referencias Cruzadas  

Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido».


del pacto que hizo con Abraham y del juramento que hizo a Isaac.


Abraham partió desde allí en dirección a la región del Néguev y se quedó a vivir entre Cades y Sur. Mientras vivía en Guerar,


A ti y a tu descendencia daré, en posesión perpetua, toda la tierra de Canaán, donde ahora vives como extranjero. Y yo seré su Dios.


En aquel día el Señor hizo un pacto con Abram. Le dijo: —A tus descendientes daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Éufrates.


¡Levántate, recorre el país a lo largo y a lo ancho porque a ti te lo daré!».


Yo te daré a ti y a tu descendencia, para siempre, toda la tierra que abarca tu mirada.


Allí el Señor se apareció a Abram y le dijo: «Yo daré esta tierra a tu descendencia». Entonces Abram edificó un altar al Señor, porque se le había aparecido.


Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa,


Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, además de lo que han visto en mí y el Dios de paz estará con ustedes.


No temas, porque yo estoy contigo; desde el oriente traeré a tu descendencia, desde el occidente te reuniré.


Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.


El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.


el Señor estaba con él y no dejó de mostrarle su amor. Hizo que se ganara la confianza del guardia de la cárcel,


Ahora bien, el Señor estaba con José y las cosas le salían muy bien. Mientras José vivía en la casa de su amo egipcio,


Esto causó que los filisteos comenzaran a tenerle envidia, pues llegó a tener muchas ovejas, vacas y siervos.


Isaac sembró en aquella región y ese año cosechó al ciento por uno, porque el Señor lo había bendecido.


Por eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa que su propósito nunca cambia, confirmó con un juramento esa promesa.


Muestra tu fidelidad a Jacob y tu lealtad a Abraham, como desde tiempos antiguos se lo juraste a nuestros antepasados.


»Señor, escucha mi oración, atiende a mi clamor; no te desentiendas de mi llanto. Ante ti soy un extranjero, alguien que está de paso, como todos mis antepasados.


Luego de la muerte de Abraham, Dios bendijo a Isaac, hijo de Abraham, quien se quedó a vivir cerca del Pozo del Viviente que me ve.


Esa noche se apareció el Señor y le dijo: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No temas, que yo estoy contigo. Por amor a mi siervo Abraham, te bendeciré y multiplicaré tu descendencia».


En el sueño, el Señor estaba de pie junto a él y le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra sobre la que estás acostado.


Entonces el Señor dijo a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres, donde están tus parientes, que yo estaré contigo».


La tierra que di a Abraham y a Isaac te la doy a ti y a tus descendientes».


Finalmente, Israel dijo a José: —Yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con ustedes y los hará volver a la tierra de sus antepasados.


Tiempo después, José dijo a sus hermanos: «Yo estoy a punto de morir, pero, sin duda, Dios vendrá a ayudarlos y los llevará de este país a la tierra que prometió a Abraham, Isaac y Jacob».


También con ellos confirmé mi pacto de darles la tierra de Canaán, donde residieron como forasteros.


Y los llevaré a la tierra que juré solemnemente con la mano en alto dar a Abraham, Isaac y Jacob. Yo, el Señor, les daré a ustedes posesión de ella”».


Yo les he entregado esta tierra; ¡adelante, tomen posesión de ella! El Señor juró que se la daría a los antepasados de ustedes, es decir, a Abraham, Isaac, Jacob y a sus descendientes».


Luego el Señor dijo: «Este es el territorio que juré a Abraham, Isaac y Jacob que daría a sus descendientes. Te he permitido verlo con tus propios ojos, pero no podrás entrar en él».


del pacto que hizo con Abraham y del juramento que hizo a Isaac.


A lo que Dios contestó: —¡Pero es Sara, tu esposa, la que te dará un hijo, al que llamarás Isaac! Yo estableceré mi pacto con él y con sus descendientes, como pacto perpetuo.


quien al oír sus quejidos se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob.


—Yo estaré contigo —respondió Dios—. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me adorarán en esta montaña.


Haré de ustedes mi pueblo y yo seré su Dios. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los libró de la opresión de los egipcios.


Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice?


Se acordó siempre de su pacto, la palabra que ordenó para mil generaciones;


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