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Génesis 10:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

5 Algunos de ellos se esparcieron por las costas. Formaron naciones y clanes en sus respectivos territorios y con sus propios idiomas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 De estos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Los descendientes de ellos llegaron a ser los pueblos marineros que se dispersaron por diversas tierras, cada uno identificado por su propio idioma, clan e identidad nacional.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Estos se dispersaron y poblaron las islas de las naciones y sus diversas regiones, cada cual según su propia lengua, familia y nación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 De estos se esparcieron los pueblos de las costas, cada uno en sus territorios, según su lengua, por sus familias en sus naciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 A partir de éstos se poblaron las islas de las gentes en diferentes países, cada uno con su lengua propia, según sus respectivos linajes y naciones.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Por estos fueron repartidas las islas de los gentiles en sus tierras, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones.

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Génesis 10:5
26 Referencias Cruzadas  

Estos fueron los descendientes de Cam, según sus clanes e idiomas, territorios y naciones.


Éber tuvo dos hijos: El primero se llamó Péleg porque en su tiempo se dividió la tierra; su hermano se llamó Joctán.


Estos son los clanes de los hijos de Noé, según sus genealogías y sus naciones. A partir de estos clanes, las naciones se extendieron sobre la tierra después del diluvio.


Hijos de Javán: Elisá, Tarsis, Quitín y Rodanín.


Hijos de Cam: Cus, Misrayin, Fut y Canaán.


Estos fueron los tres hijos de Noé que con su descendencia poblaron toda la tierra.


El rey Asuero impuso tributo por todo el imperio, incluyendo las islas del mar.


Que le paguen tributo los reyes de Tarsis y de las costas remotas; que los reyes de Sabá y de Seba le traigan presentes.


En aquel día el Señor volverá a extender su mano para recuperar al remanente de su pueblo, a los que hayan quedado en Asiria, en Egipto, Patros y Cus; en Elam, Sinar, Jamat y en las islas del Mediterráneo.


Por eso, glorifiquen al Señor en el oriente; el nombre del Señor, Dios de Israel, en las costas del mar.


A los ojos de Dios, las naciones son como una gota de agua en un balde, como una brizna de polvo en una balanza. Él pesa las islas como si fueran polvo fino.


Lo han visto las costas lejanas y temen; tiemblan los confines de la tierra. ¡Ya se acercan, ya vienen!


Canten al Señor un cántico nuevo, ustedes, que descienden al mar y todo lo que hay en él; canten su alabanza desde los confines de la tierra, ustedes, costas lejanas y sus habitantes.


no vacilará ni se desanimará hasta implantar la justicia en la tierra. En su enseñanza las costas lejanas pondrán su esperanza».


Escúchenme, costas lejanas, oigan esto, naciones distantes: El Señor me llamó antes de que yo naciera, en el vientre de mi madre pronunció mi nombre.


Ya se acerca mi justicia, mi salvación está en camino; ¡mi brazo juzgará a las naciones! Las costas lejanas confían en mí y ponen su esperanza en mi brazo.


Les pagará según sus obras; a las costas lejanas les dará su merecido: furor para sus adversarios y retribución para sus enemigos.


En mí esperarán las costas lejanas, a la cabeza vendrán los barcos de Tarsis trayendo de lejos a tus hijos y, con ellos, su plata y su oro, para la honra del Señor tu Dios, el Santo de Israel, porque él te ha llenado de gloria.


«Crucen a las costas de Chipre y miren; envíen mensajeros a Cedar e infórmense bien; fíjense si ha sucedido algo semejante:


a todos los reyes de Tiro y de Sidón; a todos los reyes de las costas al otro lado del mar;


»Así dice el Señor y Dios a Tiro: Las naciones costeras temblarán ante el estruendo de tu caída, el gemido de tus heridos y la masacre de tus habitantes.


Ahora, en el día de tu caída, tiemblan los pueblos costeros y las islas que están en el mar se aterrorizan ante tu debacle”.


Dirigirá entonces sus ataques contra las ciudades costeras y conquistará muchas de ellas, pero un general pondrá fin a su insolencia y lo hará quedar en ridículo.


El Señor será terrible contra ellos, cuando destruya a todos los dioses de la tierra; y así hasta las naciones más remotas se postrarán en adoración ante él, cada cual en su propia tierra.


Cuando el Altísimo dio su herencia a las naciones, cuando dividió a toda la humanidad, estableció límites a los pueblos según el número de los hijos de Israel.


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