Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





Éxodo 6:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

12 Pero Moisés respondió al Señor: —¿Y cómo va a hacerme caso el faraón si ni siquiera los israelitas me creen? Además, no tengo facilidad de palabra.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

12 Y respondió Moisés delante de Jehová: He aquí, los hijos de Israel no me escuchan; ¿cómo, pues, me escuchará Faraón, siendo yo torpe de labios?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 —¡Pero Señor! —contestó Moisés—, si mi propio pueblo ya no quiere escucharme, ¿cómo puedo esperar que me escuche el faraón? ¡Soy tan torpe para hablar!

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pero Moisés contestó: 'Si los hijos de Israel no me hacen caso, ¿cómo me escuchará Faraón? Y eso que me cuesta expresarme.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y habló Moisés delante de YHVH, diciendo: He ahí, los hijos de Israel no me escuchan, ¿cómo me escuchará Faraón siendo yo incircunciso de labios?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Respondió Moisés a Yahveh: 'Si no me han escuchado los israelitas, ¿cómo va a escucharme ahora el Faraón, a mí, que soy torpe de palabra?'.

Ver Capítulo Copiar




Éxodo 6:12
16 Referencias Cruzadas  

—Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra —objetó Moisés—. Y esto no es algo que haya comenzado ayer ni anteayer, ni hoy que te diriges a este siervo tuyo. Francamente, me cuesta mucho trabajo hablar.


Yo respondí: «¡Ah, mi Señor y Dios! ¡Soy muy joven y no sé hablar!».


Pero Moisés respondió al Señor: —¿Y cómo va a hacerme caso el faraón si yo no tengo facilidad de palabra?


¿A quién hablaré? ¿A quién advertiré? ¿Quién podrá escucharme? Tienen tapados los oídos y no pueden comprender. La palabra del Señor los ofende; no se complacen en ella.


»¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo!


que me obligaron a enviarlos al país de sus enemigos— y abandonan su terquedad, se humillan y reconocen su pecado,


Moisés dio a conocer esto a los israelitas, pero por su desánimo y las penurias de su esclavitud ellos no hicieron caso.


Pero Moisés insistió: —Supongamos que me presento ante los israelitas y les digo: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes”. Si me preguntan: “¿Y cómo se llama?”. ¿Qué les respondo?


castigaré a Egipto, Judá, Edom, Amón, Moab; también, a todos los que viven en el desierto y se rapan las sienes. Todas las naciones son incircuncisas, pero el pueblo de Israel es incircunciso de corazón».


Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros y mis ojos han visto al Rey, al Señor de los Ejércitos».


El Señor tu Dios circuncidará tu corazón y el de tus descendientes, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma y así tengas vida.


Pero Moisés dijo a Dios: —¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?


Moisés volvió a preguntar: —¿Y qué hago si no me creen ni me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “El Señor no se te ha aparecido”?


En otra ocasión el Señor habló con Moisés y Aarón acerca de los israelitas y del faraón, rey egipcio, y les ordenó sacar de Egipto a los israelitas.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios