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Éxodo 5:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

2 —¿Y quién es el Señor —respondió el faraón—, para que yo le obedezca y deje ir a Israel? ¡Ni conozco al Señor ni voy a dejar que Israel se vaya!

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 —¿Ah sí? —replicó el faraón—. ¿Y quién es ese Señor? ¿Por qué tendría que escucharlo y dejar ir a Israel? Yo no conozco a ese tal Señor y no dejaré que Israel se vaya.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Respondió Faraón: '¿Quién es Yavé para que yo le haga caso y deje salir a Israel? No conozco a Yavé y no dejaré salir a Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Pero Faraón respondió: ¿Quién es YHVH, para que yo obedezca su voz y deje ir a Israel? ¡No conozco a YHVH, y tampoco he de soltar a Israel!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Respondió el Faraón: '¿Quién es Yahveh para que yo tenga que escuchar su voz y deje salir a Israel? No conozco a Yahveh ni tampoco dejaré partir a Israel'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.

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Éxodo 5:2
25 Referencias Cruzadas  

¿Cuál de todos los dioses de estos países ha podido salvar de mis manos a su país? ¿Cómo entonces podrá el Señor librar de mis manos a Jerusalén?».


Pues así como ninguno de los dioses de esos países que mis antepasados destruyeron por completo pudo librarlos de mi mano, tampoco este dios de ustedes podrá librarlos de mí.


¡No se dejen engañar ni seducir por Ezequías! ¡No le crean! Si ningún dios de esas naciones y reinos pudo librarlos de mi poder y del poder de mis antepasados, ¡mucho menos el dios de ustedes podrá librarlos a ustedes de mi mano!».


Y se referían al Dios de Jerusalén como si fuera igual a los dioses de las otras naciones de la tierra, fabricados por manos humanas.


Lanzaste grandes señales y maravillas contra el faraón, sus siervos y la gente de su tierra, porque viste la insolencia con que habían tratado a tu pueblo. Fue así como te ganaste la buena fama que hoy tienes.


y todo por levantar el puño contra Dios y atreverse a desafiar al Todopoderoso.


Contra Dios se lanzó desafiante, blandiendo grueso y resistente escudo.


¿Quién es el Todopoderoso para que le sirvamos? ¿Qué ganamos con dirigirle nuestras oraciones?”.


El malvado, con su nariz en alto, no busca a Dios. No hay lugar para él en sus pensamientos.


que dice: «Venceremos con la lengua; en nuestros labios confiamos. ¿Quién puede dominarnos a nosotros?».


«Por la aflicción de los oprimidos y por el gemido del pobre, voy a levantarme», dice el Señor, «y los pondré a salvo de quienes los oprimen».


Dice el necio en su corazón: «No hay Dios». Están corrompidos, sus obras son detestables; ¡no hay uno solo que haga lo bueno!


Yo sé bien que el rey de Egipto no va a dejarlos ir, a no ser por la fuerza.


el Señor dice: ‘¡Ahora vas a saber que yo soy el Señor!’. Con esta vara que llevo en la mano voy a golpear las aguas del Nilo y el río se convertirá en sangre.


Porque teniendo mucho, podría desconocerte y decir: “¿Y quién es el Señor?”. Y teniendo poco, podría llegar a robar y deshonrar así el nombre de mi Dios.


Pero si desobedecen la voz del Señor, Dios de ustedes, y dicen: «No nos quedaremos en esta tierra,


«¡Emborrachen a Moab, porque ha desafiado al Señor! ¡Que se revuelque en su vómito, y se convierta en objeto de burla!


En cuanto escuchen el sonido de trompetas, flautas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y todo tipo de música, más les vale que se inclinen ante la estatua que he mandado hacer y la adoren. De lo contrario, serán lanzados de inmediato a un horno en llamas. ¿Y qué dios podrá librarlos de mis manos?


Actuarán de este modo porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí.


Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.


para castigar a los que no conocen a Dios ni obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús.


También murió toda aquella generación y surgió otra que no conocía al Señor ni sabía lo que él había hecho por Israel.


Los hijos de Elí eran unos perversos que no tomaban en cuenta al Señor.


Pero Nabal les contestó: —¿Y quién es ese tal David? ¿Quién es el hijo de Isaí? Hoy día son muchos los esclavos que se escapan de sus amos.


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