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Éxodo 4:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

7 —¡Llévatela otra vez al pecho! —insistió el Señor. Moisés se llevó de nuevo la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía tan sana como el resto de su cuerpo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 —Ahora vuelve a meter la mano dentro de tu manto —le dijo el Señor. Así que Moisés metió la mano de nuevo, y cuando la sacó, estaba tan sana como el resto de su cuerpo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Vuelve a meter tu mano en el pecho. Lo hizo y, al sacarla, su mano estaba tan sana como el resto de su cuerpo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió su mano a su seno, y cuando la sacó de su seno, he aquí volvió a ser como su carne.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Le dijo Yahveh: 'Introduce de nuevo la mano en tu seno'. La introdujo en su seno y, al sacarla después, se había vuelto ya como el resto de su carne.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno; y él volvió a meter su mano en su seno; y volviéndola a sacar del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.

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Éxodo 4:7
6 Referencias Cruzadas  

Así que Naamán bajó al Jordán y se sumergió siete veces, según se lo había ordenado el hombre de Dios. ¡Entonces su piel se volvió como la de un niño y quedó limpio!


—Si con la primera señal milagrosa no te creen ni te hacen caso —dijo el Señor—, tal vez te crean con la segunda.


Jesús extendió la mano y tocó al hombre. —Sí, quiero —dijo—. ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano de la enfermedad en la piel.


Cuando estaba por entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres que tenían enferma la piel. Como se habían quedado a cierta distancia,


»¡Vean ahora que yo soy único! No hay otro dios fuera de mí. Yo doy la muerte y devuelvo la vida, causo heridas y doy sanidad. Nadie puede librarse de mi mano.


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