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Éxodo 24:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

11 Y a pesar de que estos jefes de los israelitas contemplaron a Dios, él no les hizo daño. Así que comieron y bebieron juntos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Aunque estos nobles de Israel pudieron contemplar a Dios, él no los destruyó. De hecho, compartieron una comida para celebrar el pacto, en la cual comieron y bebieron en su presencia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Dios no dejó que su poder aplastara a los que había elegido, sino que vieron a Dios; luego comieron y bebieron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y no extendió su mano contra los distinguidos de los hijos de Israel que pudieron contemplar a ’Elohim, y después comieron y bebieron.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 No extendió Dios su mano contra los representantes de los israelitas. Vieron a Dios, comieron y bebieron.

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Éxodo 24:11
24 Referencias Cruzadas  

Dicho esto, Jetro presentó a Dios un holocausto y otros sacrificios, y Aarón y todos los jefes de Israel se sentaron a comer con el suegro de Moisés en presencia de Dios.


el Señor dijo: —Baja y advierte al pueblo que no intenten romper el cerco para verme, no sea que muchos de ellos pierdan la vida.


Luego ofreció un sacrificio en el monte e invitó a sus parientes a participar en la comida. Después de que todos comieron, pasaron la noche allí.


Como el Señor le había hablado, Agar le puso por nombre «El Dios que me ve», pues se decía: «Ahora he visto al que me ve».


Los nobles mandan por agua a sus siervos y estos van a las cisternas, pero no la encuentran. Decepcionados y confundidos, vuelven con sus cántaros vacíos y con la cabeza cubierta.


¡Anda, come tu pan con gozo! ¡Bebe tu vino con corazón alegre, que Dios ya se ha agradado de tus obras!


Los oficiales no supieron a dónde fui ni qué hice, porque hasta entonces no había dicho nada a ningún judío: ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los gobernadores ni a los que estaban trabajando en la obra.


Acto seguido, Joyadá, acompañado de los comandantes, los nobles, los gobernadores y todo el pueblo, llevó al rey desde el Templo del Señor hasta el palacio real, pasando por la puerta superior y sentó a Joás en el trono real.


De inmediato escribió cartas en nombre de Acab, puso en ellas el sello del rey, y las envió a los jefes y nobles que vivían en la ciudad de Nabot.


—¡Estamos condenados a morir! —dijo a su esposa—. ¡Hemos visto a Dios!


»Los sobrevivientes descendieron con los nobles; el pueblo del Señor vino a mí con los valientes.


Entonces, en la presencia del Señor su Dios, ustedes y sus familias comerán y se regocijarán por los logros de su trabajo, porque el Señor su Dios los habrá bendecido.


¿Qué pueblo ha oído a Dios hablarle en medio del fuego como lo has oído tú y ha vivido para contarlo?


¡Pozo que cavaron los príncipes, y que los nobles del pueblo abrieron con sus cetros y bastones de mando!». Desde el desierto se dirigieron a Mataná;


El Señor dijo a Moisés: «Sube al monte y preséntate ante mí, junto con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los jefes de Israel. Ellos podrán adorar a cierta distancia,


Es un hecho que Abraham se convertirá en una nación grande y poderosa, y en él serán bendecidas todas las naciones de la tierra.


Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas. Él contempla la imagen del Señor. ¿Cómo no tienen miedo de murmurar contra mi siervo Moisés?».


¿Cómo es posible que yo, que soy tu siervo, hable contigo? Las fuerzas me han abandonado y apenas puedo respirar”.


Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano.


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