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Éxodo 19:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

6 ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación santa”. »Comunícales todo esto al pueblo de Israel».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Ustedes serán mi reino de sacerdotes, mi nación santa”. Este es el mensaje que debes transmitir a los hijos de Israel».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 pero los tendré a ustedes como un reino de sacerdotes, y una nación que me es consagrada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 y vosotros me seréis un reino de sacerdotes° y una nación santa.° Estas son las palabras que hablarás a los hijos de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa'. Éstas son las palabras que dirás a los israelitas'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y nación santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

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Éxodo 19:6
37 Referencias Cruzadas  

Sin embargo, aquí me tienes, un siervo tuyo en medio del pueblo que has escogido, un pueblo tan numeroso que es imposible contarlo.


Tú los apartaste de todas las naciones del mundo para que fueran tu heredad. Así lo manifestaste por medio de tu siervo Moisés cuando tú, Señor y Dios, sacaste de Egipto a nuestros antepasados».


Adoptaste a Israel para que fuera tu pueblo para siempre y para que tú, Señor, fueras su Dios.


Judá se convirtió en el santuario de Dios; Israel llegó a ser su dominio.


Les dijo: «Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis mandamientos y estatutos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor que les devuelve la salud».


»Ustedes serán mi pueblo santo. »No comerán la carne de ningún animal que haya sido despedazado por las fieras. Esa carne se la echarán a los perros.


»Haz una placa de oro puro y graba en ella, a manera de sello: consagrado al Señor.


Porque eres precioso a mis ojos y digno de honra, yo te amo. A cambio de ti entregaré pueblos; a cambio de tu vida entregaré naciones.


Pero a ustedes los llamarán «sacerdotes del Señor»; les dirán «ministros de nuestro Dios». Se alimentarán de las riquezas de las naciones, y se jactarán de los tesoros de ellas.


Serán llamados «Pueblo santo», «Redimidos del Señor»; y tú serás llamada «Ciudad anhelada», «Ciudad no abandonada».


Y de ellos escogeré también a algunos, para que sean sacerdotes y levitas», dice el Señor.


Porque así como el cinturón se ajusta a la cintura de una persona, así procuré que todo Israel y todo Judá se ajustaran a mí —afirma el Señor—, para que fueran mi pueblo y mi renombre, mi honor y mi gloria. ¡Pero no obedecieron!”.


Israel estaba consagrado al Señor, era las primicias de su cosecha; todo el que comía de él sufría las consecuencias, les sobrevenía la calamidad”», afirma el Señor.


Lo que sí ordené fue lo siguiente: ‘Obedézcanme. Así yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que yo ordene, a fin de que les vaya bien’.


que hablara con toda la asamblea de los israelitas y dijera: «Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo.


Pero a ustedes les digo: “Poseerán la tierra que perteneció a esas naciones, tierra donde abundan la leche y la miel. Yo mismo la daré a ustedes como herencia”. Yo soy el Señor su Dios que los he distinguido entre las demás naciones.


Sean ustedes santos porque yo, el Señor, soy santo y los he distinguido entre las demás naciones, para que sean míos.


pero por causa de su defecto no pasará más allá de la cortina ni se acercará al altar, para no profanar mi santuario. Yo soy el Señor, que consagro para mí a los sacerdotes».


«Solo a ustedes los he escogido entre todas las familias de la tierra. Por tanto, les haré pagar todas sus perversidades».


“Mi Espíritu permanece en medio de ustedes, conforme al pacto que hice con ustedes cuando salieron de Egipto. No teman”.


Se reunieron para oponerse a Moisés y a Aarón, y les dijeron: —¡Ustedes han ido ya demasiado lejos! Si toda la comunidad es santa, lo mismo que sus miembros, y el Señor está en medio de ellos, ¿por qué se creen ustedes los dueños de la comunidad del Señor?


Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.


Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado y ustedes son ese templo.


No comas nada que encuentres ya muerto. Podrás dárselo al extranjero que viva en cualquiera de tus ciudades; él sí podrá comérselo o vendérselo a un forastero. Pero tú eres un pueblo consagrado al Señor tu Dios. No cocines el cabrito en la leche de su madre.


El Señor ha declarado que te pondrá por encima de todas las naciones que ha formado, para que seas alabado y recibas fama y honra. Serás una nación consagrada al Señor tu Dios.


El Señor te establecerá como su pueblo santo, conforme a su juramento, si cumples sus mandamientos y andas en sus caminos.


Porque para el Señor tu Dios tú eres un pueblo santo; él te eligió para que fueras su propiedad exclusiva entre todos los pueblos de la tierra.


Encargo delante del Señor que lean esta carta a todos los hermanos.


también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo.


Pero ustedes son descendencia escogida, sacerdocio regio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.


al que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre, ¡a él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén.


Dichosos y santos los que tienen parte en la primera resurrección. La segunda muerte no tiene poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil años.


De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra».


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