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Éxodo 18:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

7 Moisés salió al encuentro de su suegro, se postró ante él y lo besó. Luego de intercambiar saludos y desearse lo mejor, entraron en la tienda de campaña.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron a la tienda.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Entonces Moisés salió a recibir a su suegro. Se inclinó ante él y le dio un beso. Luego de preguntarse el uno al otro cómo les iba, entraron en la carpa de Moisés.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Moisés salió al encuentro de su suegro, le hizo una profunda reverencia y lo besó. Se preguntaron el uno al otro acerca de su salud y entraron en la tienda.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Entonces Moisés salió a recibir a su suegro, se postró, y lo besó, y se preguntaron el uno al otro por su salud, y entraron en la tienda.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Salió Moisés al encuentro de su suegro, se postró, le besó, y después de los saludos, entraron en la tienda.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron a la tienda.

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Éxodo 18:7
23 Referencias Cruzadas  

Cuando Abram volvía de derrotar a Quedorlaómer y a los reyes que estaban con él, el rey de Sodoma salió a su encuentro en el valle de Save, es decir, en el valle del Rey.


Abraham alzó la vista y vio a tres hombres de pie cerca de él. Al verlos, corrió desde la entrada de la tienda a saludarlos. Postrándose en tierra,


Caía la tarde cuando los dos ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad. Al verlos, se levantó para recibirlos y se postró rostro en tierra.


Al oír Labán las noticias acerca de su sobrino Jacob, salió a recibirlo y, entre abrazos y besos, lo llevó a su casa. Allí Jacob contó todo lo que había sucedido,


Ni siquiera me dejaste besar a mis hijas y a mis nietos. ¡Te has comportado como un necio!


Cuando José entró en su casa, le entregaron los regalos que habían llevado y se postraron rostro en tierra ante él.


Luego José, bañado en lágrimas, besó a todos sus hermanos. Solo entonces se animaron ellos a hablarle.


José hizo que prepararan su carruaje y salió a Gosén para recibir a su padre Israel. Cuando se encontraron, José se fundió con su padre en un abrazo y durante un largo rato lloró sobre su hombro.


Cuando Urías llegó, David preguntó cómo estaban Joab y los soldados, y cómo iba la campaña.


Betsabé fue a ver al rey Salomón para interceder en favor de Adonías. El rey se puso de pie para recibirla y se inclinó ante ella; luego se sentó en su trono y mandó que pusieran otro trono para su madre y ella se sentó a la derecha del rey.


Besen al hijo, no sea que se enoje y sean ustedes destruidos en el camino, pues su ira se inflama de repente. ¡Dichosos los que en él buscan refugio!


Jetro le había avisado: «Yo, tu suegro Jetro, voy a verte. Me acompañan tu esposa y sus dos hijos».


Moisés tomó una tienda de campaña y la armó a cierta distancia fuera del campamento. La llamó la «Tienda de reunión». Cuando alguien quería consultar al Señor, tenía que salir del campamento e ir a la Tienda.


El Señor dijo a Aarón: «Anda a recibir a Moisés en el desierto». Aarón fue y se encontró con Moisés en la montaña de Dios y lo besó.


Cuando Balac se enteró de que Balán venía, salió a recibirlo en una ciudad moabita que está en la frontera del río Arnón.


Tú no me besaste, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies.


Todos lloraban inconsolablemente mientras lo abrazaban y lo besaban.


Los hermanos de Roma, habiéndose enterado de nuestra situación, salieron hasta el Foro de Apio y Tres Tabernas a recibirnos. Al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró ánimo.


Cuando Jefté volvió a su hogar en Mizpa, salió a recibirlo su hija, bailando al son de los panderos. Ella era hija única, pues Jefté no tenía otros hijos.


Lleva también estos diez quesos para el comandante del batallón. Averigua cómo les va a tus hermanos y tráeme una prueba de que ellos están bien.


David, por su parte, dejó su carga al cuidado del encargado de las provisiones, y corrió a las filas para saludar a sus hermanos.


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