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Éxodo 15:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

8 Bastó un soplo de tu nariz para que se amontonaran las aguas. Las olas se levantaron como un muro; se inmovilizaron las aguas en el fondo del mar.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas; Se juntaron las corrientes como en un montón; Los abismos se cuajaron en medio del mar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Al soplido de tu aliento, ¡las aguas se apilaron! El impetuoso oleaje se quedó firme como un muro; en el corazón del mar las aguas se endurecieron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Al soplo de tus narices retroceden las aguas, las olas se paran como murallas; los torbellinos cuajan en medio del mar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Con el viento de tus narices, Se amontonaron las aguas, Fluyeron erguidas como dique, Los abismos se cuajaron, En el corazón del mar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Al soplo de tu ira se aglomeran las aguas, se alzan las olas como un dique, se cuajan los abismos en el corazón del mar.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas; se juntaron las corrientes como en un montón; los abismos se cuajaron en medio del mar.

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Éxodo 15:8
13 Referencias Cruzadas  

A causa de la reprensión del Señor y por el resoplido de su enojo, las cuencas del mar quedaron a la vista; al descubierto quedaron los cimientos de la tierra.


El soplo de Dios los destruye; el aliento de su enojo los consume.


Él recoge en cántaros las aguas del mar y junta en depósitos las profundidades del océano.


Abrió el mar para que pudieran pasar; mantuvo erguidas las aguas como un muro.


Los israelitas, sin embargo, cruzaron el mar sobre tierra seca, pues para ellos el mar formó una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda.


sino que juzgará con justicia a los necesitados, y dará un fallo justo en favor de los pobres de la tierra. Herirá la tierra con la vara de su boca; matará al malvado con el aliento de sus labios.


¡Mira! Voy a poner un espíritu en él, de manera que cuando oiga cierto rumor regrese a su propio país. Allí haré que lo maten a filo de espada”».


las montañas te ven y se retuercen. Pasan los torrentes de agua; el abismo ruge y levanta sus olas en lo alto.


Pisoteaste el mar con tus corceles que agitaban las inmensas aguas.


Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida.


Tan pronto como los sacerdotes que llevan el arca del Señor, Soberano de toda la tierra, pongan pie en el Jordán, las aguas dejarán de correr y se detendrán formando un muro».


estas dejaron de fluir y formaron un muro a gran distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó.


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