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Éxodo 1:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

14 Les amargaban la vida obligándolos a hacer mezcla, ladrillos y todas las labores del campo. En todos los trabajos de esclavos que los israelitas realizaban, los egipcios los trataban con crueldad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

14 y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Les amargaban la vida forzándolos a hacer mezcla, a fabricar ladrillos y a hacer todo el trabajo del campo. Además, eran crueles en todas sus exigencias.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Les amargaron la vida con duros trabajos de arcilla y ladrillos, con toda clase de labores campesinas y toda clase de servidumbres que les imponían por la fuerza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 y amargaron su vida con duro trabajo de arcilla y adobes, con toda clase de labores del campo y en toda suerte de trabajos que tuvieron que servir por causa de la opresión.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 y amargaron su vida con rudos trabajos en arcilla, en adobes, en todas las faenas del campo y en toda suerte de labores, acompañadas de malos tratos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo, y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor.

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Éxodo 1:14
30 Referencias Cruzadas  

El Señor dijo a Abram: —Debes saber que tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña, donde serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años.


y siguió más bien el de los jóvenes. Entonces dijo: «Si mi padre les impuso un yugo pesado, ¡yo les aumentaré la carga! Si él los castigaba a ustedes con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!».


Mucho me han angustiado desde mi juventud —que lo repita ahora Israel—,


alas de paloma cubiertas de plata, con plumas de oro resplandeciente, mientras ustedes se quedan a dormir entre los rebaños».


«Te he quitado la carga de los hombros; tus manos se han librado del pesado cesto.


Fue así como los egipcios pusieron capataces para que oprimieran a los israelitas. Les impusieron trabajos forzados, tales como los de edificar para el faraón las ciudades de almacenaje Pitón y Ramsés.


por eso les imponían trabajos pesados y los trataban con crueldad.


Había dos parteras de las hebreas, llamadas Sifrá y Fuvá, a las que el rey de Egipto ordenó:


Mucho tiempo después murió el rey de Egipto. Los israelitas, sin embargo, seguían lamentando su condición de esclavos y clamaban pidiendo ayuda. Sus gritos desesperados llegaron a oídos de Dios,


«Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo.


Moisés dio a conocer esto a los israelitas, pero por su desánimo y las penurias de su esclavitud ellos no hicieron caso.


Un león rugiente, un oso agresivo, es el gobernante malvado que oprime a los pobres.


Por eso, así dice el Señor, el Señor de los Ejércitos: «Pueblo mío que vives en Sión, no tengas temor de Asiria, aunque te golpee con el bastón y contra ti levante una vara, como lo hizo Egipto.


que con furia y continuos golpes castigaba a los pueblos, que con implacable enojo dominaba y perseguía a las naciones.


La pondré en manos de los que te atormentan, de los que te dijeron: “¡Tiéndete en el suelo, para que pasemos sobre ti!”. ¡Y te echaste boca abajo, sobre el suelo, para que te pisoteara todo el mundo!».


»Y ahora, ¿qué estoy haciendo aquí?», afirma el Señor. «Sin motivo se han llevado a mi pueblo; sus gobernantes se mofan de él», afirma el Señor. «No hay un solo momento en que mi nombre no lo blasfemen.


»El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura?


No serás un amo cruel, sino que temerás a tu Dios.


y podrán dejárselos a sus hijos como herencia para que les sirvan de por vida. En lo que respecta a tus compatriotas, no serás un amo cruel.


Ustedes vigilarán que su dueño lo trate como a los que trabajan por contrato anual, y que no lo trate con crueldad.


Ustedes se comen la carne de mi pueblo, le arrancan la piel y rompen sus huesos; lo descuartizan como carne para la olla, como carne para el caldero».


¡Abastécete de agua para el asedio, refuerza tus fortificaciones! ¡Métete al barro, pisa la mezcla y repara los ladrillos!


Sabes que nuestros antepasados fueron a Egipto, donde durante muchos años vivimos, y que los egipcios nos maltrataron a nosotros y a nuestros antepasados.


Este rey usó de artimañas con nuestro pueblo y oprimió a nuestros antepasados, obligándolos a dejar abandonados a sus hijos recién nacidos para que murieran.


En verdad he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse, así que he descendido para librarlos. Ahora ven y te enviaré de vuelta a Egipto”.


Pero los egipcios nos maltrataron, nos hicieron sufrir y nos sometieron a trabajos forzados.


Pero a ustedes el Señor los tomó y los sacó de Egipto, de ese horno donde se funde el hierro, para que fueran el pueblo de su propiedad, como lo son ahora.


—Ya no me llamen Noemí —respondió ella—. Llámenme Mara, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura.


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