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Esdras 8:23 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

23 Así que ayunamos y oramos a nuestro Dios pidiéndole su protección y él nos escuchó.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

23 Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Así que ayunamos y oramos intensamente para que nuestro Dios nos cuidara, y él oyó nuestra oración.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Ayunamos pues y suplicamos a Dios por esa intención, y él nos escuchó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y Él atendió nuestro ruego.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Ayunamos, pues, e invocamos a nuestro Dios con este fin, y él nos escuchó.

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Esdras 8:23
18 Referencias Cruzadas  

Isaac oró al Señor en favor de su esposa, porque era estéril. El Señor oyó su oración y ella quedó embarazada.


Entonces Joacaz clamó al Señor, y él lo escuchó, pues vio la gran opresión del rey de Aram sobre Israel.


Y como confiaban en Dios, clamaron a él en medio del combate y él los ayudó a derrotar a los agarenos y a sus aliados.


El día doce del mes primero partimos del río Ahava para ir a Jerusalén. Durante todo el trayecto la mano de Dios estaba sobre nosotros y nos libró de enemigos y asaltantes.


El día veinticuatro de ese mes los israelitas se reunieron para ayunar, se vistieron de luto y se echaron ceniza sobre la cabeza.


«Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!».


Confía en el Señor de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia.


El Señor herirá a los egipcios con una plaga y, aun hiriéndolos, los sanará. Ellos se volverán al Señor, y él responderá a sus ruegos y los sanará.


“Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes”.


Entonces me puse a orar y a dirigir mis súplicas al Señor mi Dios. Además de orar, ayuné y me vestí de luto y me senté sobre cenizas.


y luego permaneció viuda hasta la edad de ochenta y cuatro. Nunca salía del Templo, sino que día y noche adoraba a Dios con ayunos y oraciones.


Cornelio contestó: —Hace tres días a esta misma hora, las tres de la tarde, estaba yo en casa orando. De repente apareció delante de mí un hombre vestido con ropa brillante


Pero si desde allí buscan al Señor su Dios con todo su corazón y con toda su alma, lo encontrarán.


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