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Efesios 2:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Pero Dios es rico en misericordia: ¡con qué amor tan inmenso nos amó!

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Dios, sin embargo, rico como es en misericordia, por el mucho amor con que nos amó,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

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Efesios 2:4
34 Referencias Cruzadas  

Se negaron a escucharte; no se acordaron de las maravillas que hiciste por ellos. Fue tanta su terquedad y rebeldía que hasta se nombraron un jefe para que los hiciera volver a la esclavitud. Pero tú eres Dios perdonador, misericordioso y compasivo, lento para la ira y grande en amor. Por eso no los abandonaste,


El Señor es misericordioso y compasivo, lento para la ira y grande en amor.


Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu misericordia, borra mis transgresiones.


Pero tú, Señor, eres Dios compasivo y misericordioso, lento para la ira y grande en amor y fidelidad.


Tú, Señor, eres bueno y perdonador; tu gran amor se derrama sobre todos los que te invocan.


Y el Señor respondió: —Voy a darte pruebas de mi bondad y te daré a conocer mi nombre. Tendré misericordia de quien quiera tenerla y seré compasivo con quien quiera serlo.


Recordaré las misericordias del Señor, y sus hechos dignos de alabanza, por todo lo que hizo por nosotros, por su compasión y gran amor. ¡Sí, por la multitud de cosas buenas que ha hecho por los descendientes de Israel!


Hace mucho tiempo se me apareció el Señor y me dijo: «Con amor eterno te he amado; por eso te he prolongado mi fidelidad,


Pero aun cuando nos hemos rebelado contra ti, tú, Señor nuestro, eres un Dios compasivo y perdonador.


Así que oró al Señor de esta manera: —¡Oh Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando todavía estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis, pues bien sabía que tú eres un Dios misericordioso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, que cambias de parecer y no destruyes.


gracias a la entrañable misericordia de nuestro Dios. Así nos visitará desde el cielo el sol naciente,


No hay diferencia entre judíos y los que no son judíos, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan,


¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?


Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.


¿Qué si lo hizo para dar a conocer sus gloriosas riquezas a los que eran objeto de su misericordia, y a quienes de antemano preparó para esa gloria?


En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de su gracia


para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús.


Aunque soy el más insignificante de todos los creyentes, recibí esta gracia de predicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo


Nosotros, en cambio, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque Dios los escogió como los primeros frutos para ser salvos, mediante la obra santificadora del Espíritu y la fe que tienen en la verdad.


Ciertamente la gracia de nuestro Señor se derramó sobre mí con abundancia, junto con la fe y el amor que hay en Cristo Jesús.


Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo;


¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para que tengamos una esperanza viva


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