Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Apocalipsis 8:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

8 El segundo ángel tocó su trompeta y fue arrojado al mar algo que parecía una enorme montaña envuelta en llamas. La tercera parte del mar se convirtió en sangre,

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Entonces el segundo ángel tocó su trompeta, y una gran montaña de fuego fue lanzada al mar. La tercera parte de las aguas del mar se convirtió en sangre,

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Tocó el segundo ángel su trompeta, y algo así como un inmenso cerro fue echado al mar: la tercera parte del mar se convirtió en sangre,

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

8 El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en llamas° fue precipitada al mar, y la tercera parte del mar se convirtió en sangre.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Tocó el segundo ángel. Y fue arrojado al mar algo así como una gran montaña, ardiendo en llamas. La tercera parte del mar se convirtió en sangre,

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Y el segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo con fuego fue lanzada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre.

Ver Capítulo Copiar




Apocalipsis 8:8
13 Referencias Cruzadas  

«Estoy en contra tuya, monte del exterminio, que destruyes toda la tierra», afirma el Señor. «Extenderé mi mano contra ti; te haré rodar desde los peñascos y te convertiré en monte quemado.


»Si un profeta es seducido y pronuncia un mensaje, será porque yo, el Señor, lo he seducido. Así que levantaré mi mano contra él y lo haré pedazos en presencia de mi pueblo.


Esto es lo que el Señor y Dios me mostró: Vi al Señor y Dios llamar a juicio con un fuego que devoraba el gran abismo y consumía los campos.


Y en todo el país», afirma el Señor, «las dos terceras partes serán abatidas y perecerán; solo una tercera parte quedará con vida.


Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo”. Ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.


Les aseguro que si alguno dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin abrigar la menor duda en el corazón de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.


Estos testigos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva mientras estén profetizando; además, tienen poder para convertir las aguas en sangre y para azotar la tierra, cuantas veces quieran, con toda clase de plagas.


Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Cuando la mujer estaba a punto de dar a luz, el dragón se plantó delante de ella para devorar a su hijo tan pronto como naciera.


El primero tocó su trompeta y fueron arrojados sobre la tierra granizo y fuego mezclados con sangre. Y quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.


Así que los cuatro ángeles que habían sido preparados precisamente para esa hora y ese día, mes y año, quedaron sueltos para matar a la tercera parte de la humanidad.


La tercera parte de la humanidad murió a causa de las tres plagas de fuego, humo y azufre que salían de la boca de los caballos.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos