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Apocalipsis 6:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

6 Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: «Un kilogramo de trigo o tres kilogramos de cebada por el salario de un día; pero no dañes el aceite ni el vino».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Y oí que una voz que salió de entre los cuatro seres vivientes decía: «Un pan de trigo o tres panes de cebada costarán el salario de un día. Y no desperdicies el aceite de oliva y el vino».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Entonces se escuchó una voz de en medio de los cuatro Seres que decía: 'Una medida de trigo por una moneda de plata; tres medidas de cebada por una moneda también; ya no gastes el aceite y el vino.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Un cuartillo de trigo por un denario, y tres cuartillos de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: 'Una medida de trigo por denario; y tres medidas de cebada por denario. Pero el aceite y el vino no los dañes'.

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Apocalipsis 6:6
6 Referencias Cruzadas  

Se les ordenó que no dañaran la hierba de la tierra, ni ninguna planta ni ningún árbol, sino solo a las personas que no llevaran en la frente el sello de Dios.


y había algo parecido a un mar de vidrio, como de cristal transparente. En el centro, alrededor del trono, había cuatro seres vivientes cubiertos de ojos por delante y por detrás.


«¡No hagan daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente de los siervos de nuestro Dios!».


La furia del hombre se vuelve tu alabanza, y los que sobrevivan al castigo te harán fiesta.


Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá hambre y terremotos en diferentes lugares.


Cada uno de ellos tenía seis alas y estaba cubierto de ojos, por encima y por debajo de las alas. De día y de noche repetían sin cesar: «Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir».


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