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Apocalipsis 6:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

5 Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí al tercero de los seres vivientes que decía: «¡Ven!». Miré y apareció un caballo negro. El jinete tenía una balanza en la mano.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí que el tercer ser viviente decía: «¡Ven!». Levanté la vista y vi un caballo negro, y el jinete llevaba una balanza en la mano.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Cuando abrió el tercer sello, oí gritar al tercer Ser Viviente: 'Ven. Esta vez el caballo era negro; el que lo montaba tenía una balanza en la mano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: ¡Sal! Y miré, y he aquí un caballo negro, y el que lo montaba tenía una balanza en su mano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: 'Ven'. Miré y apareció un caballo negro; su jinete tenía una balanza en la mano.

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Apocalipsis 6:5
11 Referencias Cruzadas  

El primer carro era tirado por caballos rojos, el segundo por caballos negros,


El carro de los caballos negros va hacia el país del norte; el de los caballos blancos, hacia el occidente; y el de los caballos pintos, hacia el país del sur».


Luego me dijo: «Hijo de hombre, voy a hacer que escasee el alimento en Jerusalén. La gente comerá el pan racionado con angustia; también el agua racionada, la beberán con terror.


Vi cuando el Cordero rompió el primero de los siete sellos y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía con voz de trueno: «¡Ven!».


Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.


Uno de los ancianos me dijo: «¡Deja de llorar que ya el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido! Él sí puede abrir el rollo y sus siete sellos».


Cuando yo destruya la provisión de pan, diez mujeres hornearán para ustedes pan en un solo horno. Y lo distribuirán racionado, de tal manera que comerán, pero no se saciarán.


Cada día comerás, a una hora fija, una ración de veinte siclos.


La piel nos arde como un horno; de hambre nos da fiebre.


Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá hambre y terremotos en diferentes lugares.


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