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Apocalipsis 13:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

16 Además logró que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

16 Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Además exigió que a todos —pequeños y grandes; ricos y pobres; libres y esclavos— se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Hace, pues, que todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se pongan una marca en la mano derecha o en la frente;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y hace que a todos, a pequeños y grandes, a ricos y pobres, a libres y esclavos, les pongan una marca en su mano derecha o en su frente,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Ordena que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les ponga una marca en la mano derecha o en la frente

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se les ponga una marca en su mano derecha, o en su frente;

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Apocalipsis 13:16
26 Referencias Cruzadas  

Al que no buscara al Señor, Dios de Israel, se le castigaría con la muerte, fuera grande o pequeño, hombre o mujer.


Dios no se muestra parcial con los príncipes ni favorece a los ricos más que a los pobres. ¡Unos y otros son obra de sus manos!


bendice a los que temen al Señor, bendice a grandes y pequeños.


tanto débiles como poderosos, lo mismo los ricos que los pobres.


Y será para ustedes como una marca distintiva en la mano o en la frente, que les hará recordar que esta instrucción del Señor debe estar en sus labios, porque el Señor los sacó de Egipto con su poderosa mano.


y le dijo: «Recorre la ciudad de Jerusalén y coloca una señal en la frente de quienes giman y se lamenten por los actos detestables que se cometen en la ciudad».


Y si alguien pregunta: “¿Por qué tienes esas heridas en las manos?”, él responderá: “Son las heridas que me hicieron en casa de mis amigos”.


Pero Dios me ha ayudado hasta hoy y así me mantengo firme, testificando a grandes y pequeños. No he dicho sino lo que los profetas y Moisés ya dijeron que sucedería:


Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo —ya seamos judíos o no, esclavos o libres—, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.


Ya no hay judío ni no judío, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.


Por lo demás, que nadie me cause más problemas, porque yo llevo en el cuerpo las cicatrices de Jesús.


sabiendo que el Señor recompensará a cada uno por el bien que haya hecho, sea esclavo o sea libre.


Grábense estas palabras en el corazón y en la mente, átenlas en sus manos como un signo y llévenlas en su frente como una marca.


Átalas a tus manos como un signo, llévalas en tu frente como una marca y


En esta nueva naturaleza no hay judío ni no judío, circunciso ni incircunciso, extranjero, inculto, esclavo o libre, sino que Cristo es todo y está en todos.


Del mismo modo que Janes y Jambres se opusieron a Moisés, también esa gente se opone a la verdad. Son personas de mente depravada, reprobadas en la fe.


Las naciones se han enfurecido; pero ha llegado tu ira, el momento de juzgar a los muertos y de recompensar a tus siervos los profetas, a los que creyeron en ti y a los que temen tu nombre, sean grandes o pequeños, y de exterminar a los que destruyen la tierra».


Vi también un mar como de vidrio mezclado con fuego. De pie, a la orilla del mar, estaban los que habían vencido a la bestia, a su imagen y al número de su nombre. Tenían las arpas que Dios les había dado


para que coman carne de reyes, de jefes militares y de magnates; carne de caballos y de sus jinetes; carne de toda clase de gente, libres y esclavos, grandes y pequeños».


Pero la bestia fue capturada junto con el falso profeta. Este es el que hacía señales en presencia de ella, con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y adoraban su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego y azufre.


Y del trono salió una voz que decía: «¡Alaben ustedes a nuestro Dios, todos sus siervos, grandes y pequeños, quienes con reverente temor le sirven!».


Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros y luego otro que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros.


Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar. Vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. No habían adorado a la bestia ni a su imagen; tampoco se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años.


Los reyes de la tierra, los magnates, los jefes militares, los ricos, los poderosos y todos los demás, esclavos y libres, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de las montañas.


«¡No hagan daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente de los siervos de nuestro Dios!».


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