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Apocalipsis 12:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 Apareció en el cielo una señal maravillosa: una mujer revestida del sol, con la luna debajo de sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces fui testigo de un suceso de gran importancia en el cielo. Vi a una mujer vestida del sol, con la luna debajo de los pies y una corona de doce estrellas sobre la cabeza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Una gran señal fue vista° en el cielo: una mujer° vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Apareció una gran señal en el cielo: una mujer vestida del sol, la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Y apareció en el cielo una gran señal; una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.

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Apocalipsis 12:1
35 Referencias Cruzadas  

Sin embargo, cuando los gobernantes de Babilonia enviaron una embajada para investigar acerca de la señal extraordinaria que había tenido lugar en el país, Dios se retiró de Ezequías para probarlo y descubrir todo lo que había en su corazón.


Te cubres de luz como con un manto; extiendes los cielos como una cortina.


El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor no niega sus bondades a los que se conducen con integridad.


¿Quién es esta, admirable como la aurora? ¡Es bella como la luna, radiante como el sol, imponente como ejército con sus banderas!


Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia. Soy semejante a un novio que luce su diadema o una novia adornada con sus joyas.


Serás en la mano del Señor como una corona esplendorosa, como una diadema real en la palma de tu Dios.


En aquel día el Señor su Dios salvará a su pueblo como a un rebaño y en la tierra del Señor brillarán como las joyas de una corona.


Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros bien alimentados.


Algunos de los fariseos y de los maestros de la Ley dijeron a Jesús: —Maestro, queremos ver alguna señal milagrosa de parte tuya.


»La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo y se angustiarán todos los pueblos de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.


las estrellas caerán del cielo y los cuerpos celestes serán sacudidos”.


Habrá grandes terremotos, hambre y epidemias en diferentes lugares, cosas espantosas y grandes señales del cielo.


»Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra, las naciones estarán angustiadas y perplejas por el bramido y la agitación del mar.


El que se casa con la novia es el novio. Y el amigo del novio, que está a su lado y lo escucha, se llena de alegría cuando oye la voz del novio. Esa es la alegría que me inunda.


Arriba en el cielo y abajo en la tierra mostraré prodigios: sangre, fuego y nubes de humo.


Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo y no se preocupen por satisfacer los deseos de la carne.


Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción,


El celo que siento por ustedes proviene de Dios, pues los tengo prometidos a un solo esposo, que es Cristo, para presentárselos como una virgen pura.


porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.


Pero la Jerusalén celestial es libre y esa es nuestra madre.


En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo.


Esto es un misterio profundo; yo me refiero a Cristo y a la iglesia.


Esta es la explicación del misterio de las siete estrellas que viste en mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias y los siete candelabros son las siete iglesias.


Entonces se abrió en el cielo el templo de Dios; allí se vio el arca de su pacto y hubo relámpagos, estruendos, truenos, un terremoto y una fuerte granizada.


Y apareció en el cielo otra señal: un enorme dragón de color rojo encendido que tenía siete cabezas, diez cuernos y una diadema en cada cabeza.


Vi en el cielo otra señal grande y maravillosa: siete ángeles con las siete plagas, que son las últimas, pues con ellas se consumará la ira de Dios.


La muralla de la ciudad tenía doce cimientos en los que estaban los nombres de los doce apóstoles del Cordero.


La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera.


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