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Apocalipsis 10:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

9 Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el rollo. Él me dijo: «Tómalo y cómetelo. Te amargará las entrañas, pero en la boca te sabrá dulce como la miel».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Así que me acerqué al ángel y le dije que me diera el pequeño rollo. Él me dijo: «Sí, tómalo y cómelo. Será dulce como la miel en tu boca, ¡pero se volverá amargo en tu estómago!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Me acerqué al ángel y le dije que me diera el librito. Me respondió: 'Toma, cómetelo; en tu boca será dulce como la miel, pero te producirá acidez en el estómago.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y fui hacia el ángel, diciéndole que me diera el pequeño rollo. Y me dice: Toma, y devóralo,° y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Me acerqué al ángel y le dije que me diera el pequeño rollo. Y me dice: 'Toma y devóralo. Amargará tu vientre, pero en tu boca será dulce como miel'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Y fui al ángel, y le dije: Dame el librito; y él me dijo: Toma, y cómetelo; y te amargará tu vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.

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Apocalipsis 10:9
7 Referencias Cruzadas  

No me he apartado de los mandamientos de sus labios; valoro más las palabras de su boca que mi pan de cada día.


Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor Dios de los Ejércitos.


Tú, hijo de hombre, atiende bien a lo que te voy a decir y no seas rebelde como ellos. Abre tu boca y come lo que te voy a dar».


El Espíritu me levantó y se apoderó de mí. Y me fui amargado y enardecido en mi espíritu, mientras la mano del Señor me sujetaba con fuerza.


Por estas cosas viene el castigo de Dios.


Lo tomé de la mano del ángel y me lo comí. Me supo dulce como la miel, pero al comérmelo se me amargaron las entrañas.


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