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Abdías 1:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

5 «Si vinieran a ti ladrones o saqueadores nocturnos, ¿no robarían solo lo que crean suficiente? ¡Pero a ti te espera gran destrucción! Si vinieran a ti los vendimiadores, ¿no dejarían algunas uvas?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (¡cómo has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que les bastase? Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algún rebusco?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 «Si vinieran ladrones en la noche y te robaran, (¡qué desastre te espera!) no se llevarían todo. Los que cosechan uvas siempre dejan unas cuantas para los pobres. ¡Pero tus enemigos te aniquilarán por completo!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Si vienen a ti los ladrones, los salteadores nocturnos, ¿cómo no te robarán lo que quieran? Si vienen a ti los vendimiadores, ¿te dejarán acaso más que algunos racimos?

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Si vinieran contra ti saqueadores o ladrones nocturnos, ¿No te robarían mesuradamente?° Si vinieran a ti vendimiadores, ¿No dejarían rebuscos?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Si vinieran contra ti ladrones o salteadores nocturnos, ¿no te robarían lo que necesitan? Si vinieran a ti vendimiadores, ¿no te dejarían el rebusco?

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Abdías 1:5
13 Referencias Cruzadas  

«¡Ay, Israel! Tus héroes yacen heridos en las alturas de tus montes. ¡Cómo han caído los valientes!


¡Cómo has caído del cielo, lucero, hijo de la mañana! Tú, que sometías a las naciones, has caído por tierra.


Pero quedarán algunas uvas, como cuando se golpea el olivo y dos o tres aceitunas se quedan en las ramas más altas, y tal vez cuatro o cinco en todas las ramas del árbol», afirma el Señor, el Dios de Israel.


Así sucederá en medio de la tierra y entre las naciones, como cuando a golpes se cosechan aceitunas, como cuando se recoge lo que sobra después de la vendimia.


Si los que cosechan las uvas vinieran a ti, ¿no te dejarían algunas uvas? Si de noche te llegaran ladrones, ¿no se llevarían solo lo que desean?


¡Cómo ha sido quebrado y derribado el martillo de toda la tierra! ¡Babilonia ha quedado desolada en medio de las naciones!


Así dice el Señor de los Ejércitos: «Busquen al remanente de Israel. Rebusquen, como en una viña; repasen las ramas, como lo hace el vendimiador».


¡Cuán solitaria se encuentra la que fue ciudad populosa! ¡Tiene apariencia de viuda la que fue grande entre las naciones! ¡Hoy es esclava de las provincias la que fue gran señora entre ellas!


«Ciudad de Temán, tus guerreros temblarán de miedo, de que todo hombre sea exterminado del monte de Esaú por la masacre.


¡Pobre de mí! Soy como el que recoge frutos de verano y busca lo que sobre en la viña; no hay ningún racimo para comer, ningún higo nuevo que tanto deseo.


Esta es la ciudad alegre que habitaba segura, la que se decía a sí misma: «Yo y nadie más». ¡Cómo ha quedado convertida en espanto, en guarida de fieras! Todo el que pasa junto a ella se mofa y le hace gestos con las manos.


Cuando coseches las uvas de tu viña, no repases las ramas; los racimos que queden, déjalos para el extranjero, el huérfano y la viuda.


Aterrorizados al ver semejante castigo, se mantendrán a distancia y gritarán: «¡Ay! ¡Ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, ciudad poderosa, porque en una sola hora ha llegado tu juicio!».


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