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2 Samuel 7:22 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

22 »¡Qué grande eres, mi Señor y Dios! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú y que aparte de ti no hay Dios.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

22 Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 »¡Qué grande eres, oh Señor Soberano! No hay nadie como tú. ¡Nunca hemos oído de otro Dios como tú!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Eres grande, Señor Yavé; nadie es como tú; de acuerdo a todo lo que hemos escuchado con nuestros propios oídos, no hay otro Dios fuera de ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Por tanto ¡cuán grande eres, oh Adonay YHVH! ¡Nadie hay como Tú, ni hay otro ’Elohim aparte de ti, conforme a todo lo que hemos escuchado con nuestros oídos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Por eso eres grande, Señor mío, Yahveh. Nadie hay como tú, ni hay otro Dios fuera de ti, conforme a todo lo que oyeron nuestros oídos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Por tanto, tú te has engrandecido, oh Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.

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2 Samuel 7:22
33 Referencias Cruzadas  

Pues ¿quién es Dios sino el Señor? ¿Quién es la Roca sino nuestro Dios?


y dijo: «Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en el cielo ni abajo en la tierra, pues tú cumples tu pacto de amor con quienes te sirven y te siguen de todo corazón.


»¡Grande es el Señor y digno de alabanza, más temible que todos los dioses!


»Voy a edificar un templo majestuoso, pues nuestro Dios es el más grande de todos los dioses.


Yo sé que el Señor, nuestro Soberano, es más grande que todos los dioses.


Grande es el Señor y digno de toda alabanza; su grandeza es insondable.


Oh Dios, nuestros oídos han oído y nuestros antepasados nos han contado las proezas que realizaste en sus días, en aquellos tiempos pasados:


Grande es el Señor y digno de suprema alabanza; en la ciudad de nuestro Dios está su monte santo.


Porque tú eres grande y haces maravillas; ¡solo tú eres Dios!


No hay, Señor, entre los dioses otro como tú ni hay obras semejantes a las tuyas.


¿Quién en los cielos es comparable al Señor? ¿Quién como él entre los seres celestiales?


¿Quién como tú, Señor Dios de los Ejércitos, rodeado de poder y de fidelidad?


¡Grande es el Señor y digno de alabanza, más temible que todos los dioses!


Lo hice para que puedas contarles a tus hijos y a tus nietos la dureza con que traté a los egipcios, y las señales que realicé entre ellos. Así sabrán que yo soy el Señor».


¿Quién, Señor, se te compara entre los dioses? ¿Quién se te compara en grandeza y santidad? Tú, Hacedor de maravillas, nos impresionas con tus portentos.


—Mañana mismo —contestó el faraón. —Así se hará —respondió Moisés—, para que reconozcas que no hay ninguno como el Señor nuestro Dios.


Aarón extendió su brazo sobre las aguas de Egipto, y las ranas llegaron a cubrir todo el país.


Porque esta vez voy a enviar el grueso de mis plagas contra ti, y contra tus funcionarios y tu pueblo, para que sepas que no hay en toda la tierra nadie como yo.


¿Con quién compararán a Dios? ¿Con qué imagen lo representarán?


«¿Con quién, entonces, me compararán ustedes? ¿Quién es igual a mí?», dice el Santo.


Porque así dice el Señor, el que creó los cielos; el Dios que formó la tierra, que la hizo y la estableció; que no la creó para dejarla vacía, sino que la formó para ser habitada: «Yo soy el Señor y no hay ningún otro.


»Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios y no hay ningún otro.


Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí no hay ningún Dios. Aunque tú no me conoces, te fortaleceré,


»Por eso, adviértele al pueblo de Israel que así dice el Señor y Dios: “Voy a actuar, pero no por ustedes, sino por causa de mi santo nombre, que ustedes han profanado entre las naciones por donde han ido.


Y quiero que sepan que esto no lo hago por consideración a ustedes, afirma el Señor y Dios. ¡Avergüéncense y humíllense por su conducta, pueblo de Israel!”.


Este es el significado de la roca que fue cortada de la montaña no por manos humanas, que hizo añicos al hierro, al bronce, al barro, a la plata y al oro. »El gran Dios ha mostrado a Su Majestad lo que tendrá lugar en el futuro. El sueño es verdadero y esta interpretación, digna de confianza».


¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su heredad? No estarás airado para siempre, porque tu mayor placer es amar.


«Tú, Señor y Dios, has comenzado a mostrarle a tu siervo tu grandeza y tu poder; pues ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las obras y los prodigios que tú realizas?


»¡Vean ahora que yo soy único! No hay otro dios fuera de mí. Yo doy la muerte y devuelvo la vida, causo heridas y doy sanidad. Nadie puede librarse de mi mano.


A ustedes se les ha mostrado todo esto para que sepan que el Señor es Dios y que no hay otro fuera de él.


Reconozcan y consideren seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra; no hay otro.


»Nadie es santo como el Señor; no hay roca como nuestro Dios. ¡No hay nadie como él!


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