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1 Samuel 31:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

9 Entonces lo decapitaron, le quitaron las armas, y enviaron mensajeros por todo el país filisteo para que proclamaran la noticia en el templo de sus ídolos y ante todo el pueblo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Y le cortaron la cabeza, y le despojaron de las armas; y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos, para que llevaran las buenas nuevas al templo de sus ídolos y al pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Entonces le cortaron la cabeza a Saúl y le quitaron su armadura. Luego proclamaron las buenas noticias de la muerte de Saúl en su templo pagano y a la gente en toda la tierra de Filistea.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Le cortaron la cabeza y le quitaron sus armas, y después mandaron que se publicara la noticia en todo el país de los filisteos, en los templos de sus ídolos y entre el pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y le cortaron su cabeza y lo despojaron de sus armas, y enviaron a proclamar la noticia por toda la tierra de los filisteos, en el templo de sus ídolos y entre el pueblo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Le cortaron la cabeza, lo despojaron de sus armas y mandaron publicar la noticia por todo el país de los filisteos, en los templos de sus ídolos y entre el pueblo.

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1 Samuel 31:9
7 Referencias Cruzadas  

»No lo anuncien en Gat ni lo pregonen en las calles de Ascalón para que no se alegren las filisteas ni lo celebren esas hijas de incircuncisos.


Luego corrió adonde estaba el filisteo, le quitó la espada, la desenvainó, lo remató con ella y cortó su cabeza. Cuando los filisteos vieron que su héroe había muerto, salieron corriendo.


Luego David tomó la cabeza de Goliat y la llevó a Jerusalén, pero las armas las guardó en su tienda de campaña.


Saúl dijo a su escudero: «Saca la espada y mátame, no sea que esos incircuncisos me atraviesen cuando lleguen y se burlen de mí». Pero el escudero estaba tan asustado que no quiso hacerlo, de modo que Saúl mismo tomó su espada y se dejó caer sobre ella.


Al otro día, cuando los filisteos llegaron para despojar a los cadáveres, encontraron muertos a Saúl y a sus tres hijos en el monte Guilboa.


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