Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





1 Samuel 30:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Cuando David y sus hombres llegaron, encontraron que la ciudad había sido quemada y que sus esposas, hijos e hijas habían sido llevados cautivos.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Cuando David y sus hombres vieron las ruinas y se dieron cuenta de lo que les había sucedido a sus familias,

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Cuando David y sus compañeros llegaron al pueblo, lo encontraron incendiado, y vieron que sus mujeres, hijos e hijas habían sido llevados cautivos.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Cuando David y sus hombres llegaron a la ciudad, he aquí estaba quemada a fuego, y sus mujeres, y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Cuando David y los suyos llegaron a la ciudad se encontraron con que la ciudad estaba quemada y con que sus mujeres, hijos e hijas habían sido llevados al cautiverio.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Vino, pues, David con sus hombres a la ciudad, y he aquí que estaba quemada a fuego, y sus esposas y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos.

Ver Capítulo Copiar




1 Samuel 30:3
7 Referencias Cruzadas  

Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas;


porque el Señor disciplina a los que ama y azota a todo el que recibe como hijo».


Voy a hacer que los de la sinagoga de Satanás, esos que se autodenominan judíos y no lo son porque mienten, vayan a postrarse a tus pies y reconozcan que yo te he amado.


Tanto David como sus hombres se establecieron allí, y quedaron bajo la protección de Aquis. Cada hombre había llevado a su familia y David tenía consigo a sus dos esposas, Ajinoán la jezrelita y Abigaíl de Carmel, la viuda de Nabal.


habían tomado cautivos a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el más grande hasta el más pequeño. Sin embargo, no habían matado a nadie.


David y los que estaban con él se pusieron a llorar y a gritar hasta quedarse sin fuerzas.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos