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1 Samuel 11:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

4 Cuando los mensajeros llegaron a Guibeá, que era la ciudad de Saúl, y comunicaron el mensaje al pueblo, todos se echaron a llorar.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo alzó su voz y lloró.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Cuando los mensajeros llegaron a Guibeá de Saúl y le contaron al pueblo acerca de su aprieto, todos se echaron a llorar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Llegaron los mensajeros a Guibea de Saúl y le contaron todo el problema al pueblo: todo el pueblo lanzó una gran lamentación y se pusieron a llorar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Cuando los mensajeros llegaron a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras a oídos del pueblo, y todo el pueblo alzó su voz y lloró.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Llegaron los mensajeros a Guibeá de Saúl y transmitieron la propuesta a oídos del pueblo, que a voz en grito empezó a llorar.

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1 Samuel 11:4
15 Referencias Cruzadas  

También Saúl se fue a su casa en Guibeá, acompañado por un grupo de hombres ilustres, a quienes Dios les había movido el corazón.


Cuando el ángel del Señor habló así a todos los israelitas, el pueblo lloró a gritos.


David y los que estaban con él se pusieron a llorar y a gritar hasta quedarse sin fuerzas.


Luego regresó a Ramá, mientras que Saúl se fue a su casa en Guibeá de Saúl.


El pueblo fue a Betel y allí permanecieron hasta el anochecer, clamando y llorando amargamente en presencia de Dios.


Acuérdense de los presos, como si ustedes fueran sus compañeros de cárcel, y también de los que son maltratados, como si fueran ustedes mismos los que sufren.


Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas y así cumplirán la ley de Cristo.


Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con él.


Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran.


Por eso pedimos que se nos entreguen siete hombres de los descendientes de Saúl, a quien el Señor escogió, para colgarlos en presencia del Señor en Guibeá de Saúl. —Se los entregaré —prometió el rey.


Saúl estaba en las afueras de Guibeá, bajo un granado en Migrón, y tenía con él unos seiscientos hombres.


Pero Esaú insistió: —¿Acaso tienes una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí! Y se echó a llorar.


pues habían subido a llorar en presencia del Señor hasta el anochecer y le habían consultado: —¿Debemos subir y volver a luchar contra los de Benjamín, nuestros hermanos? Y el Señor les había contestado: —Suban contra ellos.


Entonces los israelitas, con todo el pueblo, subieron a Betel y allí se sentaron y lloraron en presencia del Señor. Ayunaron aquel día hasta el anochecer y presentaron al Señor holocaustos y sacrificios de comunión.


el jefe Ajiezer y Joás, que eran hijos de Semá de Guibeá; Jeziel y Pélet hijos de Azmávet; Beracá y Jehú, oriundos de Anatot;


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