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1 Reyes 5:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 «Tú bien sabes que, debido a las guerras en que mi padre David se vio envuelto, no le fue posible construir un templo en honor al nombre del Señor su Dios. Tuvo que esperar hasta que el Señor sometiera a sus enemigos bajo su dominio.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Tú sabes que mi padre David no pudo edificar casa al nombre de Jehová su Dios, por las guerras que le rodearon, hasta que Jehová puso sus enemigos bajo las plantas de sus pies.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «Tú sabes que mi padre, David, no pudo construir un templo para honrar el nombre del Señor su Dios, debido a la cantidad de guerras que le hicieron las naciones vecinas. No podía construir hasta que el Señor le diera la victoria sobre todos sus enemigos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Tú sabes que debido a las guerras que lo rodearon, mi padre David no pudo edificar una Casa al nombre de YHVH su Dios, hasta que YHVH puso a sus enemigos bajo las plantas de sus pies.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 diez bueyes cebados y veinte de pasto, cien ovejas, sin contar ciervos, gacelas, gamos y aves cebadas.

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1 Reyes 5:3
17 Referencias Cruzadas  

Sin embargo, no serás tú quien me lo construya, sino un hijo de tus entrañas; él será quien construya el templo en honor de mi Nombre”.


Pero el Señor me dijo: “Ante mis propios ojos has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras en la tierra; por eso no serás tú quien construya un templo en honor de mi Nombre.


Puesto de pie, el rey David dijo: «Hermanos de mi pueblo, escúchenme. Yo tenía en mi corazón construir un templo para que en él reposara el arca del pacto del Señor nuestro Dios y sirviera como estrado de sus pies. Ya tenía todo listo para construirlo


cuando Dios me dijo: “Tú no construirás un templo en honor de mi Nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado sangre”.


los manjares de su mesa, los asientos que ocupaban sus funcionarios, la ropa de los camareros y los coperos, y los holocaustos que ofrecía en el Templo del Señor, quedó muy impresionada.


A mi mesa se sentaban ciento cincuenta hombres, entre judíos y oficiales, sin contar a los que llegaban de países vecinos.


Era tarea de todos los días preparar un buey, seis ovejas escogidas y algunas aves; y cada diez días se traía vino en abundancia. Pero nunca utilicé el impuesto que me correspondía como gobernador, porque ya el pueblo tenía una carga muy pesada.


Así dijo el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por debajo de tus pies».


Le diste dominio sobre la obra de tus manos; todo lo pusiste bajo sus pies:


El día que yo actúe ustedes pisotearán a los malvados y, bajo sus pies, quedarán hechos polvo —dice el Señor de los Ejércitos—.


Porque es necesario que Cristo reine hasta someter a todos sus enemigos a su dominio.


Dios sometió todas las cosas al dominio de Cristo y lo dio como cabeza de todo a la iglesia.


el ciervo, la gacela, el venado, la cabra montés, el íbice, el antílope y el carnero montés.


Cuando se los trajeron, Josué convocó a todo el ejército israelita y ordenó a todos los comandantes que lo habían acompañado: «Acérquense y písenles el cuello a estos reyes». Los comandantes obedecieron al instante.


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