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1 Juan 3:20 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

20 aunque nuestro corazón nos condene, Dios es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

20 pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Aun si nos sentimos culpables, Dios es superior a nuestros sentimientos y él lo sabe todo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Pues si nuestra conciencia nos reprocha, pensemos que Dios es más grande que nuestra conciencia, y que lo conoce todo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 pues si nuestro corazón nos condena, mayor que nuestro corazón es Dios,° y Él conoce todas las cosas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 aun cuando nuestra conciencia nos reprenda, porque Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todas las cosas.

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1 Juan 3:20
23 Referencias Cruzadas  

«Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras».


Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.


Porque aunque la conciencia no me remuerde, no por eso quedo absuelto; el que me juzga es el Señor.


Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.


«¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo?», afirma el Señor. «¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?», afirma el Señor.


»Pero déjame decirte que estás equivocado, pues Dios es más grande que los mortales.


Por tercera vez Jesús preguntó: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: «¿Me quieres?». Así que dijo: —Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. —Apacienta mis ovejas —dijo Jesús—.


A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escudriña la mente y el corazón y a cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus obras.


Ante ti has puesto nuestras maldades; a la luz de tu presencia, nuestros pecados secretos.


Puedes estar seguro de que tal individuo se condena a sí mismo por ser un perverso pecador.


Insistiré en mi inocencia; no cederé. Mientras viva, no me remorderá la conciencia.


Al oír esto, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta dejar a Jesús solo con la mujer, que aún seguía allí.


Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía a nadie superior por quien jurar, juró por sí mismo


Los que oyeron se enojaron mucho y querían matarlos.


¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió e incluso resucitó y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros.


En esto sabremos que somos de la verdad y nos sentiremos seguros delante de él:


Queridos hermanos, si el corazón no nos condena y tenemos confianza delante de Dios,


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