Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





Lucas 13:4 - La Palabra (versión española)

4 ¿O creéis que aquellos dieciocho que murieron al derrumbarse la torre de Siloé eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¿Y qué piensan de los dieciocho que murieron cuando la torre de Siloé les cayó encima? ¿Acaso eran los peores pecadores de Jerusalén?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Y aquellas dieciocho personas que quedaron aplastadas cuando la torre de Siloé se derrumbó, ¿creen ustedes que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

4 O aquellos dieciocho, sobre quienes cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que ellos fueron más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalem?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Y de aquellos dieciocho sobre los cuales se desplomó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén?

Ver Capítulo Copiar




Lucas 13:4
13 Referencias Cruzadas  

Los supervivientes se refugiaron en la ciudad de Afec. Pero la muralla se desplomó sobre los veintisiete mil supervivientes. Benadad también huyó y entró en la ciudad, escondiéndose de casa en casa.


La Puerta de la Fuente la restauró Salún, hijo de Coljoze, jefe del distrito de Mispá. La reedificó, puso las vigas, colocó las hojas de sus puertas con sus cerraduras, sus barras y restauró también el muro del Estanque de Siloé, junto al Huerto del Rey, hasta la escalinata por la que se baja de la ciudad de David.


cuando un huracán que cruzaba el desierto embistió la casa por los cuatro costados; la casa se derrumbó sobre los jóvenes y los mató. Solo yo he podido escapar para contártelo.


—Este pueblo ha despreciado las aguas de Siloé, que corren mansas, y se ha alegrado ante el orgullo invasor de Rasín y del hijo de Remalías.


Para empezar, se le presentó uno que le debía diez mil talentos.


Perdónanos el mal que hacemos, como también nosotros perdonamos a quienes nos hacen mal.


Perdónanos nuestros pecados, como también nosotros perdonamos a quienes nos hacen mal. Y no permitas que nos apartemos de ti.


Pues yo os digo que no. Y añadiré que, si no os convertís, todos vosotros pereceréis igualmente.


Pues yo os digo que no. Y añadiré que, si no os convertís, todos vosotros pereceréis de forma semejante.


Él les contestó: —Ese hombre que se llama Jesús hizo un poco de lodo con su saliva, me lo extendió sobre los ojos y me dijo: «Vete y lávate en el estanque de Siloé». Fui, me lavé y comencé a ver.


Después le dijo: —Ahora vete y lávate en el estanque de Siloé (palabra que significa «enviado»). El ciego fue, se lavó y, cuando regresó, ya veía.


Cuando los isleños vieron al reptil colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: —Este hombre es realmente un asesino; aunque se ha librado de la tempestad, la justicia divina no permite que viva.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos