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Juan 7:52 - La Palabra (versión española)

52 Los otros le replicaron: —¿También tú eres de Galilea? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no ha salido jamás un profeta. [

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

52 Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

52 —¿También tú eres de Galilea? —contestaron ellos—. Estudia las Escrituras y compruébalo tú mismo: jamás ha salido un profeta de Galilea. ---------- [Los manuscritos griegos más antiguos no incluyen Juan 7:53–8:11].

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Biblia Católica (Latinoamericana)

52 Le contestaron: '¿También tú eres de Galilea? Estudia las Escrituras y verás que de Galilea no salen profetas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

52 Respondieron y le dijeron: ¿Acaso eres tú también de Galilea? Escudriña y verás que de Galilea no surge ningún profeta.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

52 Entonces ellos le respondieron: 'Pero ¿tú también eres de Galilea? ¡Estúdialo bien, y verás que de Galilea no sale ningún profeta!'. [

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Juan 7:52
11 Referencias Cruzadas  

Pero ellos le contestaron: —¡Quítate de ahí! Este individuo que ni siquiera es de aquí quiere ahora dárselas de juez. ¡Pues vamos a tratarte peor que a ellos! Y empujándolo violentamente, trataron de echar abajo la puerta.


Entonces Sedecías, el hijo de Quenaná, se acercó a Miqueas, le dio una bofetada y le dijo: —¿Es que me ha abandonado el espíritu del Señor para hablarte a ti?


Y este le respondió: —¿Quién te ha nombrado jefe y juez entre nosotros? ¿Acaso pretendes matarme, como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, pues pensó: «Sin duda el asunto se ha hecho público».


Natanael exclamó: —¿Es que puede salir algo bueno de Nazaret? Felipe le contestó: —Ven y verás.


Estudiáis las Escrituras pensando que contienen vida eterna; pues bien, precisamente las Escrituras dan testimonio a mi favor.


Otros decían: —Este es el Mesías. Otros, por el contrario, replicaban: —¿Pero es que el Mesías puede venir de Galilea?


Terminada la discusión, cada uno se marchó a su casa.


Ellos replicaron: —¿Es que pretendes darnos lecciones a nosotros, tú, que de pies a cabeza naciste envuelto en pecado? Y lo expulsaron de la sinagoga.


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