Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





Juan 13:5 - La Palabra (versión española)

5 Después echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

5 y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de los discípulos, y luego se los secaba con la toalla que se había atado.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

5 luego echó° agua en el lebrillo° y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Luego echó agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla con que se había ceñido.

Ver Capítulo Copiar




Juan 13:5
30 Referencias Cruzadas  

Que os traigan un poco de agua para lavar vuestros pies, y luego podréis descansar bajo el árbol.


les dijo: —Por favor, señores míos, venid a casa de vuestro siervo, para que paséis en ella la noche y os lavéis los pies. Mañana por la mañana podréis continuar vuestro camino. Pero ellos respondieron: —No; pasaremos la noche en la plaza.


y todos fueron a casa de José. Allí les puso agua para que se lavaran los pies y dio de comer a sus asnos.


Josafat preguntó: —¿No hay por aquí algún profeta a través del cual podamos consultar al Señor? Uno de los servidores del rey de Israel respondió: —Por aquí anda Eliseo, el hijo de Safat, que era asistente de Elías.


límpiame por entero de mi culpa, purifícame de mis pecados.


Después conducirás a Aarón y a sus hijos a la entrada de la Tienda del encuentro y los lavarás con agua.


Lavaos, purificaos; apartad de mi vista todas vuestras fechorías; dejad ya de hacer el mal.


Os rociaré con agua pura y os purificaré de todas vuestras impurezas; pienso purificaros de todos vuestros ídolos.


Y el que se purifica lavará sus ropas, se afeitará completamente, se bañará y quedará puro. Después podrá entrar en el campamento, pero vivirá siete días fuera de su tienda.


Aquel día surgirá un manantial donde la dinastía de David y los habitantes de Jerusalén puedan lavar su pecado y su impureza.


y fue a ponerse detrás de Jesús, junto a sus pies. La mujer rompió a llorar y con sus lágrimas bañaba los pies de Jesús y los secaba con sus propios cabellos; los besaba también y finalmente derramó sobre ellos el perfume.


Y volviéndose a la mujer, dijo a Simón: —Mira esta mujer. Cuando llegué a tu casa, no me ofreciste agua para los pies; en cambio, ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.


Pero Jesús le replicó: —El que se ha bañado y está completamente limpio, solo necesita lavarse los pies. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.


Cuando le llegó la vez a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿vas a lavarme los pies tú a mí?


Pedro insistió: —Jamás permitiré que me laves los pies. Jesús le respondió: —Si no me dejas que te lave, no podrás seguir contándote entre los míos.


sino que uno de los soldados le abrió el costado de una lanzada, y al punto brotó de él sangre y agua.


No pierdas tiempo ahora; anda, bautízate y libérate de tus pecados invocando el nombre del Señor».


Y esto es lo que antes erais algunos de vosotros. Pero habéis sido purificados, consagrados y justificados en el nombre de Jesucristo, el Señor, y por la acción del Espíritu de nuestro Dios.


a fin de consagrarla a Dios, purificándola por medio del agua y la palabra.


y gozar de buena fama por haber educado bien a sus hijos, por haber practicado la hospitalidad, por haber atendido solícitamente a los creyentes y por haber socorrido a los atribulados; en una palabra, por haber practicado toda clase de bien.


Acerquémonos, pues, con un corazón sincero y lleno de fe, con una conciencia purificada de toda maldad, con el cuerpo bañado en agua pura.


Pero, si vivimos de acuerdo con la luz, como él vive en la luz, entonces vivimos unidos los unos con los otros y la muerte de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.


Jesucristo ha venido con agua y sangre; no solo con el agua, sino con el agua y la sangre. Y el Espíritu, que es la verdad, da testimonio de esto.


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los resucitados y el dominador de todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha liberado con su muerte de nuestros pecados,


Yo le respondí: —Mi Señor, tú eres quien lo sabe. Él me dijo: —Estos son los que han pasado por la gran persecución, los que han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero.


Lo llevó a su casa y echó pienso a los asnos. Ellos, por su parte, se lavaron los pies, comieron y bebieron.


Ella se levantó, se postró en tierra y les dijo: —Esta servidora es tu esclava y está dispuesta a lavar los pies de los criados de mi señor.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos