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2 Samuel 22:9 - La Palabra (versión española)

9 Salió humo de su nariz, fuego devorador de su boca, brasas ardientes despedía.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Humo subió de su nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueron por él encendidos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 De su nariz salía humo a raudales; de su boca saltaban violentas llamas de fuego. Carbones encendidos se disparaban de él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Salía vapor de sus narices, y de su boca, un fuego devorador, un chorro de carbones encendidos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 De su nariz se alzó una humareda, Y de su boca salió un fuego abrasador, Que lanzó carbones encendidos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 De su nariz exhala humo, de su boca, un fuego que devora, todo él carbones encendidos.

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2 Samuel 22:9
17 Referencias Cruzadas  

De su propio resplandor salían chispas de fuego.


Emergieron los lechos de las aguas, se mostraron los cimientos del mundo con el estruendo del Señor, ante el soplo de su ira.


Echa Dios su aliento y perecen, los consume el resoplido de su cólera.


Emergieron los lechos de las aguas, se mostraron los cimientos del mundo por tu estruendo, Señor, por el soplo de tu ira.


Salió humo de su nariz, fuego devorador de su boca, despedía brasas ardientes.


Todo el monte Sinaí estaba envuelto en humo porque el Señor descendió sobre él en medio del fuego. El monte se estremecía violentamente y subía de él una humareda como la humareda de un horno.


La gloria del Señor era a los ojos de los israelitas como un fuego voraz sobre la cumbre del monte.


El Señor en persona viene de lejos, arde su cólera entre densa humareda, sus labios están repletos de furor, su lengua parece fuego devorador.


Lleva tiempo preparado el Tófet también para el rey: se dispuso, ancha y profunda, su pira, con leña abundante; y el soplo del Señor la encenderá, convertido en torrente de azufre.


Haré que sirvas a tus enemigos en un país desconocido, pues mi cólera arde como fuego y va a prender en vosotros.


Pues así dice el Señor, Dios del universo: Por haber hablado de este modo, así les va a suceder: haré que sean mis palabras lo mismo que fuego en tu boca; el pueblo será el combustible y el fuego los devorará.


Delante de él marcha la peste, tras sus pasos camina la epidemia.


Se ha encendido el fuego de mi ira, que quema hasta lo profundo del abismo; devorará la tierra y sus cosechas, y consumirá la raíz de las montañas.


Que no en vano nuestro Dios es un fuego devorador.


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