2 Samuel 22:40 - La Palabra (versión española)

⁴⁰ Me has armado de valor para el combate, sometes bajo mis pies a mis enemigos.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

⁴⁰ Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo de mí,

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴⁰ Me has armado de fuerza para la batalla; has sometido a mis enemigos debajo de mis pies.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴⁰ Me llenas de fuerza para el combate, doblegas mis enemigos bajo mis pies.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴⁰ Pues Tú me ceñiste de fuerza para la batalla, E hiciste que mis enemigos se doblegaran debajo de mí,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴⁰ Tú me ciñes de fuerza en el combate, doblegas bajo mi mano al adversario;

2 Samuel 22:40 Referencias Cruzadas

Salmos 109:19

que sea para él cual vestido que lo cubra, como cinturón que lo ciña para siempre».

Salmos 144:2

Él es mi bien, mi baluarte, mi defensa y quien me salva; el escudo que me sirve de refugio, el que me somete a mi pueblo.

Salmos 18:32

Dios es quien me ciñe de fuerza y hace perfecto mi camino.

Salmos 18:39

Me has armado de valor para el combate, los agresores me han quedado sometidos.

Salmos 44:5

Contigo atacamos a nuestros rivales, por tu nombre humillamos al adversario.

Isaías 45:5

Yo soy el Señor, no hay otro; no hay Dios fuera de mí. Te ciño como guerrero, aunque no me conoces,

Isaías 60:14

Vendrán a ti, humillados, los hijos de quienes te oprimían; te honrarán postrados a tus plantas todos los que te despreciaban; te llamarán Ciudad del Señor, la Sion del Santo de Israel.

Colosenses 1:11

Su glorioso poder os dotará de una fortaleza a toda prueba para que seáis ejemplo de constancia y paciencia, y para que, llenos de alegría,

Apocalipsis 5:9

Y cantaban a coro este cántico nuevo: —Digno eres de recibir el libro y romper sus sellos, porque has sido degollado y con tu sangre has adquirido para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación,

1 Samuel 23:5

Entonces David y sus hombres marcharon hacia Queilá, atacaron a los filisteos, les infligieron una dura derrota y se llevaron sus ganados. Así salvó David a los habitantes de Queilá.