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1 Samuel 7:9 - La Palabra (versión española)

9 Samuel tomó un cordero lechal, lo sacrificó al Señor en holocausto, clamó al Señor en favor de Israel y el Señor lo escuchó.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Y Samuel tomó un cordero de leche y lo sacrificó entero en holocausto a Jehová; y clamó Samuel a Jehová por Israel, y Jehová le oyó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Entonces Samuel tomó un cordero y lo ofreció al Señor como ofrenda quemada entera. Rogó al Señor que ayudara a Israel, y el Señor le contestó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Samuel tomó entonces un corderito y lo ofreció en holocausto a Yavé. Samuel suplicó a Yavé por Israel, y Yavé lo escuchó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y tomó Samuel un corderito lechal y lo ofreció entero en holocausto a YHVH. Y clamó Samuel a YHVH por Israel, y YHVH lo escuchó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Tomó entonces un cordero lechal, lo ofreció entero en holocausto a Yahveh, imploró a Yahveh por Israel y Yahveh lo escuchó.

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1 Samuel 7:9
16 Referencias Cruzadas  

Invócame en tiempo de angustia, yo te salvaré y tú me darás gloria».


De sus sacerdotes, Moisés y Aarón; de los que invocaban su nombre, Samuel: ellos llamaban al Señor y él les respondía.


Me dijo el Señor: —Aunque se presentaran ante mí Moisés y Samuel, no me sentiría bien dispuesto hacia este pueblo. Échalos de mi presencia y que salgan.


—Cuando nazca un ternero, un cordero o un cabrito, lo dejarás mamar de su madre siete días; a partir del octavo día podrá ya servir para ser ofrecido al Señor.


Entonces intercedí ante el Señor diciendo: Señor mi Dios, no aniquiles a tu heredad, a tu propio pueblo que con tu grandeza liberaste y sacaste de Egipto con gran poder.


Reconoced, pues, mutuamente vuestros pecados y orad unos por otros. Así sanaréis, ya que es muy poderosa la oración perseverante del justo.


Construye luego al Señor, tu Dios, en la cima de esa altura escarpada, un altar bien asentado. Toma el toro y quémalo en holocausto, con la leña del árbol que habrás cortado.


A la mañana siguiente, cuando se levantó la gente de la ciudad, el altar de Baal estaba derruido, el árbol sagrado que se alzaba junto a él, cortado; y el toro que había sido ofrecido en holocausto estaba sobre el nuevo altar.


Luego desciende a Guilgal antes de que yo lo haga, pues también yo bajaré contigo para ofrecer holocaustos y sacrificios de comunión. Espera siete días hasta que me reúna contigo y te indique lo que tienes que hacer.


¿No estamos en época de siega? Pues voy a invocar al Señor y él hará tronar y llover, para que reconozcáis el gran pecado que habéis cometido ante al Señor al pedir un rey.


Samuel replicó: —¿Cómo me las arreglo para ir? Si Saúl se entera me matará. Y Dios le respondió: —Llévate contigo una novilla y dices que vas a ofrecer un sacrificio al Señor.


Yo designaré un sacerdote fiel que actúe conforme a mi criterio y mi voluntad. Le proporcionaré una familia estable y vivirá siempre al servicio de mi ungido.


Luego volvía a Ramá, donde tenía su residencia y seguía juzgando a Israel. Y allí construyó un altar al Señor.


Ellas les contestaron: —Sí, ahí un poco más adelante. Pero daos prisa, pues ha llegado hoy a la aldea, porque el pueblo celebra un sacrificio en el santuario.


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