Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





1 Samuel 2:16 - La Palabra (versión española)

16 A lo que el oferente respondía: —Primero se ha de quemar la grasa, después podrás coger lo que quieras. Entonces el otro replicaba: —No. Me la das ahora mismo, o me la llevo por la fuerza.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

16 Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Si el hombre que ofrecía el sacrificio respondía: «Toma toda la que quieras, pero solo después de quemarse la grasa», el sirviente insistía: «No, dámela ahora o la tomaré por la fuerza».

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Y si alguien le respondía: 'Espera primero a que se queme la carne, luego toma lo que quieras', le replicaba: '¡No, tienes que dármelo en seguida, si no lo tomaré a la fuerza!'

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y si el hombre le respondía: Quémese primero la grosura, y después toma lo que desee tu alma; le decía: No, sino que me la darás ahora mismo; pues si no, la tomaré por la fuerza.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Y si el hombre le decía: 'Hay que quemar primero la grasa, después tomarás lo que te plazca', le respondía el criado: 'No; me lo darás ahora mismo, si no, lo tomaré por la fuerza'.

Ver Capítulo Copiar




1 Samuel 2:16
9 Referencias Cruzadas  

Todo lo contrario de los gobernadores que me precedieron y que abrumaron al pueblo cobrándole más de cuarenta siclos cada día por el pan y el vino, además de que sus servidores tiranizaban al pueblo. Yo no actué de esa manera por respeto a Dios.


Y el sacerdote quemará esto sobre el altar como alimento ofrecido de olor grato para el Señor. Toda la grasa pertenece al Señor.


Así dice el Señor contra los profetas que extravían a mi pueblo: Mientras tienen algo que comer, proclaman: «Todo es paz», pero declaran una guerra santa a quien se niega a llenarles la boca.


Los danitas le contestaron: —Calla de una vez, no sea que algunos de los nuestros pierdan la paciencia y arremetan contra vosotros, con lo que tú y tu familia perderíais la vida.


Incluso antes de que se quemara la grasa, llegaba el ayudante del sacerdote y decía al que estaba ofreciendo el sacrificio: —Dame la carne para asársela al sacerdote, pues él no te aceptará carne asada, sino cruda.


El pecado de aquellos jóvenes ante el Señor era muy grave porque menospreciaban la ofrenda hecha al Señor.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos