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1 Juan 2:29 - La Palabra (versión española)

29 Sabéis que Jesucristo es justo. Por eso debéis saber también que todo el que vive rectamente es hijo de Dios.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

29 Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Ya que sabemos que Cristo es justo, también sabemos que todos los que hacen lo que es justo son hijos de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Si saben que él es el Justo, reconozcan que todo el que practica la justicia ha nacido de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Si sabéis que Él es justo, sabréis° también que todo el que obra la justicia ha nacido de Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que practica la justicia ha nacido de él.

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1 Juan 2:29
28 Referencias Cruzadas  

¿Cambia el etíope de piel o un leopardo sus manchas? Lo mismo pasa con vosotros: ¿Podríais practicar el bien estando educados en el mal?


Salta de alegría, Sion; grita jubilosa, Jerusalén, porque ya llega tu rey, justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un borrico, retoño de asna.


Estos son los que nacen no por generación natural, por impulso pasional o porque el ser humano lo desee, sino que tienen por Padre a Dios.


El que habla por su cuenta, lo que va buscando es su propio honor. En cambio, quien solamente busca el honor de aquel que lo envió, es un hombre sincero y no hay falsedad en él.


Toda persona, sea de la nación que sea, si es fiel a Dios y se porta rectamente, goza de su estima.


Ananías, por su parte, añadió: «El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para manifestarte su voluntad, para que vieras al Justo y oyeras su propia voz.


Rechazasteis al santo y al justo, para pedir a cambio la libertad de un asesino.


Al que no tuvo experiencia de pecado, Dios lo trató por nosotros como al propio pecado, para que, por medio de él, experimentemos nosotros el poder salvador de Dios.


Abrahán, a su vez, le dio la décima parte del botín. Melquisedec, que significa en primer lugar «rey de justicia», era también «rey de Salem», es decir, «rey de paz».


Un sumo sacerdote así era el que nosotros necesitábamos: santo, inocente, incontaminado, sin connivencia con los pecadores y encumbrado hasta lo más alto de los cielos.


Él, por su libre voluntad, nos engendró mediante la palabra de la verdad para que seamos como primeros frutos entre sus criaturas.


ya que habéis nacido de nuevo, no de un germen mortal, sino de uno inmortal, mediante la palabra de Dios viva y permanente.


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo que, por su inmenso amor y mediante la resurrección de Jesucristo de la muerte, nos ha hecho renacer a una esperanza viviente,


También Cristo murió por los pecados, una vez por todas, el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como mortal, sufrió la muerte; como espiritual fue devuelto a la vida.


a través de preciosos y sublimes dones prometidos. De este modo podréis participar de la misma condición divina, habiendo huido de la corrupción que las pasiones han introducido en el mundo.


Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Ahora bien, si alguno peca, tenemos un intercesor ante el Padre: Jesucristo, el justo.


Y sabéis que Jesucristo, en quien no hay pecado, vino a borrar nuestros pecados.


Hijos míos, que nadie os engañe; el que practica el bien es justo, como Jesús es justo.


Queridos, Dios es la fuente del amor: amémonos, pues, unos a otros. El que ama es hijo de Dios y conoce a Dios.


Si creemos que Jesús es el Cristo, somos hijos de Dios. Ahora bien, no es posible amar al padre sin amar también al que es hijo del mismo padre.


En cuanto a nosotros, sabemos que todos los que han nacido de Dios no siguen pecando, pues el Hijo de Dios los protege y los mantiene lejos del alcance del maligno.


ya que los hijos de Dios están equipados para vencer al mundo. Nuestra fe, en efecto, es la que vence al mundo,


Pero tú, querido hermano, no imites lo malo, sino lo bueno. Quien hace el bien pertenece a Dios; quien hace el mal es que desconoce a Dios.


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