Salomón dominaba todos los reinos que había entre el río Éufrates y el país de los filisteos, hasta la frontera con Egipto. Ejercía su dominio sobre todos los reyes que había al oeste del río Éufrates, desde Tifsaj hasta Gaza. Todos estos reyes pagaban impuestos a Salomón y estuvieron sometidos a él durante toda su vida. Ello hizo que Salomón viviera en paz con todos los países de alrededor. Para atender a las necesidades de Salomón y su corte se necesitaban cada día seis mil seiscientos kilos de harina fina, trece mil doscientos kilos de harina corriente, cien ovejas, diez toros de los más gordos y otros veinte alimentados con hierba, además de los correspondientes ciervos, gacelas, corzos y aves bien gordas.