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Lucas 3:8 - Biblia Lenguaje Básico

8 Mostrad con vuestra conducta que realmente habéis dejado de pecar. No penséis que solo por ser descendientes de Abrahán os vais a salvar. Si Dios así lo quiere, hasta estas piedras las puede convertir en descendientes de Abrahán.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Demuestren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han vuelto a Dios. No se digan simplemente el uno al otro: “Estamos a salvo porque somos descendientes de Abraham”. Eso no significa nada, porque les digo que Dios puede crear hijos de Abraham de estas mismas piedras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Produzcan los frutos de una sincera conversión, pues no es el momento de decir: 'Nosotros somos hijos de Abrahán'. Yo les aseguro que Dios puede sacar hijos de Abrahán también de estas piedras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Haced pues frutos dignos del arrepentimiento, y no comencéis a decir entre vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre;° porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 A ver si dais verdaderos frutos de conversión, en vez de decir en vuestro interior: 'Tenemos por padre a Abrahán'. Porque os aseguro que poderoso es Dios para sacar de estas piedras hijos de Abrahán.

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Lucas 3:8
29 Referencias Cruzadas  

Así que devolvedles hoy mismo sus campos, sus viñedos, sus olivares y sus casas. No los obliguéis a pagar lo que deben, ya sea dinero, trigo, vino o aceite; y tampoco los obliguéis a pagar intereses.


—Israel es un país en ruinas. Sin embargo, hay israelitas que se consuelan diciendo: «Si Abrahán, que era uno solo, pudo tomar posesión de este país, con mayor razón se nos dará en posesión a nosotros que somos muchos».


Os aseguro que Dios os quitará el derecho de pertenecer a su reino, y se lo dará a un pueblo que produzca los frutos debidos.


Demostrad con vuestra conducta que habéis dejado de pecar.


No penséis que os salvaréis solo por ser descendientes de Abrahán. Si Dios así lo quiere, hasta a estas piedras puede convertirlas en descendientes de Abrahán.


Cuando Dios cierre la puerta, si estáis fuera ya no podréis entrar. Llamaréis a la puerta y diréis: «¡Señor, ábrenos!». Pero yo os diré: «No sé quiénes sois, ni de dónde venís».


Y vosotros diréis: «Hemos comido y bebido contigo; además, tú has enseñado en las calles de nuestro pueblo».


el que te invitó te dirá: «Déjale el sitio a este otro invitado». Eso sería muy vergonzoso para ti, y tendrías que sentarte en el último lugar.


Jesús les contestó: —Os aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras.


Jesús le respondió: —Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también tú eres un verdadero descendiente de Abrahán.


Los maestros de la Ley y los fariseos pensaron: «¿Quién es este que dice tales barbaridades? ¡Solo Dios puede perdonar pecados!».


Ellos le contestaron: —Nosotros somos descendientes de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Por qué dices que seremos libres?


Ellos le dijeron: —¡Nuestro padre es Abrahán! Entonces Jesús les contestó: —Si de verdad fuerais descendientes de Abrahán, haríais lo que él hizo.


Por eso, primero anuncié el mensaje a la gente de Damasco, y luego a la de Jerusalén, y a la de toda la región de Judea. También hablé con los que no eran judíos, y les dije que debían pedirle perdón a Dios y hacer el bien para demostrar que en verdad se habían arrepentido.


Por eso, para que la promesa de Dios tuviera valor para los descendientes de Abrahán, Dios no pidió nada a cambio. Hizo la promesa para todos los que habían de creer en él. No solo para los que obedecen la ley, sino también para los que tienen la fe de Abrahán. Por eso Abrahán es el padre de todos nosotros.


ni todos los descendientes de Abrahán son verdaderos hijos de Abrahán. Pues Dios le había dicho: «Tu descendencia vendrá por medio de Isaac».


Porque, con la ayuda de Jesucristo, haréis lo que es bueno, para que la gente alabe y honre a Dios.


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